Si a los que siguen habitualmente al Real Valladolid B le dicen que va a terminar 2016 con la permanencia en su mano, tildarían de loco a quien hizo ese pronóstico. Y es que, viendo el presupuesto con el que contaba, que desciende cada temporada que pasa, parecía imposible que esto ocurriera. Pero en el fútbol, por suerte o por desgracia, hay casos como estos que son impredecibles.

 

El trabajo de la dirección deportiva de la cantera, con Cata a la cabeza, para hacer una plantilla lo más competitiva posible se está saldando con nota. Con una incorporación titular por línea -a excepción de la portería-, Calero, Rai, Samanes e Iván Martín han llegado para aportar. Los nuevos se han terminado amoldando a un equipo que no ha parado de crecer.

 

Y los que ya seguían continúan haciéndolo bien y despertando el interés de los menos asiduos por Los Anexos. Son los casos de Anuar, Mayoral e Higinio, tres de los jugadores más en forma del filial blanquivioleta. Aunque este conjunto se caracteriza por el bloque, que permanece unido hasta cuando atraviesan malos momentos.

 

¿Dónde está el truco? Los jugadores del Real Valladolid B respaldan al 100% las decisiones de Rubén Albés. Si el gallego dice 'A', todos hacen 'A'; creen ciegamente en él. No hay otro camino para mantenerse en el del ascenso en sensaciones, puntos y en la clasificación. El entrenador blanquivioleta, pese a su juventud, está creciendo a pasos agigantados desde su llegada la temporada pasada. Él mismo ha reconocido en reiteradas ocasiones que el paso por el primer equipo le ha ayudado y ahora todos se benefician en el filial.

 

En Los Anexos deben disfrutar del buen momento y en Zorrilla aprovecharlo. La situación de Higinio, que no es sub-23, le lastra a la hora de subir con el primer equipo. El delantero y Rai son los únicos que, si tienen el premio, no podrían regresar al filial. Pero cualquiera de los otros sí cuenta con esa opción y tienen el sueño de seguir los pasos de Jose, quien ha derribado la puerta para conquistar a Paco Herrera.