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Por Sergio Sanz Herrero

Federación Española de Rugby, ¿y ahora qué?


Los favoritos cumplieron en las semifinales de la Copa del Rey y habrá cuarta final vallisoletana entre VRAC y El Salvador. Valladolid se relamía con la alta posibilidad de acoger la gran final en el Estadio José Zorrilla, pero la Federación Española de Rugby se la arrebató como si le quitara un caramelo a un niño justo antes de metérselo en la boca.

 

La candidatura de Valencia conquistó a Alfonso Feijóo, pese a no haber ningún equipo de dicha comunidad en las semifinales. Así, cuatro días antes de la disputas de estas (sí, CUATRO) la Federación anunció que Valladolid no sería la sede.

 

Días antes, el alcalde Óscar Puente pareció ver las intenciones de la entidad nacional y mostró su malestar, de igual manera que lo hicieron los presidentes de VRAC y El Salvador tras conocer la noticia. Los dardos a Feijóo fueron directos, aunque el máximo mandatario de la Federación se escudó en la promoción del rugby nacional y aseguró no tener nada en contra de Valladolid y sus clubes.

 

¿Promoción del rugby en un partido que disputarán dos equipos vallisoletanos a 574 kilómetros de su ciudad? Bien es cierto que UE Santboiana y FC Barcelona contaban con posibilidades de acceder a la final, pero todo apuntaba a que los favoritos cumplirían como así ha sido. ¿Por qué no esperar hasta el lunes? ¿Realmente a la Federación le costaba demasiado aguardar a decidirse por una candidatura u otra unos días más ya conociendo a los protagonistas?

 

La realidad es que dos equipos de Valladolid tendrán que hacer casi 600 kilómetros para jugar la final y, a buen seguro, no contarán con todos los aficionados a sus equipos y a este deporte que sí llenarían Zorrilla. Porque queda claro que el estadio repetiría éxito dos años más tarde, cuando las entradas volaron y muchas personas tuvieron que ver la final por la televisión.

 

¿Qué hará ahora la Federación para llenar el Ciudad de Valencia? Todo apunta a que la decisión le costará caro, ya que en Valladolid habría recibido un euro por cada entrada vendida a partir de las primeras 10.000 despachadas; es decir, se habría embolsado unos 16.000 euros solo poniendo el cazo.

 

Obviamente, si en Valladolid jugaran dos equipos de fuera, Zorrilla no se llenaría. De hecho, en la última final entre El Salvador y UE Santboiana se superaron los 20.000 asistentes, pero no se llegó al máximo. Por lo tanto, parece lógico que el Ciudad de Valencia no vaya a presentar una gran entrada en las mismas condiciones que estaría la capital del Pisuerga. Es de cajón; como el cajón en el que ha metido la Federación a los dos mejores clubes del rugby español en la actualidad.

 

En definitiva, ahora todas las partes salen perdiendo.