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Por Emilio Rodríguez García

El bosque oscuro en Internet


Si sois de mi quinta (principios de los 80) o un poquito más mayores, seguro que recordaréis cuando 'Encarta' llegó a nuestras manos. Acostumbrados a las grandes enciclopedias que coronaban las estanterías de nuestros padres y abuelos, el poder acceder a más de 10.000 artículos, imágenes y clips de vídeo desde un simple CD en nuestro ordenador fue una auténtica revolución.

Luego llegó la evolución de manera gratuita a través de Wikipedia y los buscadores. Y el acceso a la información se democratizó. Lo que antes costaba horas, ahora se resolvía en cuestión de minutos.

En la actualidad hay tal exceso de información que necesitamos reorganizar nuestras prioridades y evaluar dónde está el verdadero valor.

Y aquí es donde aparece el concepto de 'Bosque Oscuro' de internet, popularizado por Yancey Strickler y Maggie Appleton.

Hoy en día es tan complejo encontrar algo de valor en la maraña en la que se ha convertido Internet, que los espacios privados están en auge. Podemos utilizar la analogía con los clubes privados de fumadores; en lugar de buscar en Internet cuál es el mejor puro, vas al club y te dejas asesorar por gente con tus mismos gustos y aficiones; personas que tienes la certeza que saben de lo que hablan.

Y en estas estamos. Se comienza a notar un traspaso desde plataformas generalistas (como han sido los buscadores o las grandes redes sociales) hacia espacios más privados y con un enfoque más concreto, más exclusivo, de mayor calidad.

Mi percepción es que este cambio se debe principalmente a dos aspectos: primero, queremos volver a sentirnos importantes, socializar y conectar con la gente afín, algo que en las grandes redes sociales es cada vez más complicado. Y segundo, buscamos el valor. Dado el exceso de información que existe en la red, los buscadores son cada vez menos eficientes, por lo que estar dentro de una plataforma con contenidos seleccionados, facilita esa búsqueda y además ofrece una sensación de comunidad y pertenencia.

El retorno de las newsletter (que tuvo su época dorada hace casi 30 años) es un claro síntoma de que la gente busca la comodidad y un filtrado de la información. Yo mismo creé hace dos años mi newsletter SEO, donde semanalmente publico información subjetiva y basada en mi experiencia, para ofrecer a los casi cerca de 3.800 suscritos una visión diferente -y cualificada- de la realidad.

Curiosamente, tras cada envío, se generan debates y comentarios, que incluso me ayudan a mejorar como profesional. Un mero email se ha convertido en un espacio de información, debate y aprendizaje.

Mi trabajo como consultor seo se está volviendo cada vez más complejo. Donde antes tenía un escenario principal de trabajo (Google, como buscador principal), ahora se abren muchos más: Grupos en Redes Sociales, Newsletters, Foros, etc. Yo lo veo como oportunidades, pero ya os contaré.