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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

Leonor, no nos decepciones


Con eso de que la princesa Leonor afronta su mes más intenso con la jura de la Constitución ante las Cortes Generales el próximo 31 de octubre, día en el que también cumplirá 18 años y que hoy es el Día de la Hispanidad, he decidido hablar un poco de la que, probablemente, sea nuestra futura reina.

Con una madre como Letizia, tenemos dos cosas aseguradas: la primera es que en materia de formación la niña será la mejor, porque su predecesora se encargará de que tenga un alto nivel, pero, en segundo lugar, también está claro que en lo referente al estilo, la periodista ha dejado el pabellón muy alto y el nivel de la niña es más bien bajo.

Si bien es cierto que en los últimos meses la imagen de la hermana mayor de la infanta Sofía ha mejorado mucho, todavía queda demasiado camino por delante en el que seguir trabajando. Todos los méritos de esta pequeña mejora se deben al nuevo jefe de prensa de la casa real y a sus reportajes fotográficos más recientes.

Leonor está muy mona vestida de militar, eso es un hecho. La chica no tiene mala genética y los trajes de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son una fantasía, tanto los de trabajo como los de gala. Pero en sus apariciones públicas no nos terminan de convencer sus looks.

La heredera al trono de España ha estado dándonos outfits de niña hasta hace muy poquito. Y el proceso en el que está embarcada de adolescente menor de edad, que quiere ir mona pero se toma demasiado en serio como para darle demasiada importancia a su imagen, deja mucho que desear.

Quiero soñar con que el día 1 de noviembre la cosa cambiará radicalmente. Y no me refiero a cambiar los adornos de Halloween por los espumillones y la canción de Mariah Carey, sino a ver a una princesa adulta, elegante y arriesgada que siga los pasos de su madre.

Ya basta de alpargatas y de vestidos a juego con su hermana pequeña. Queremos ver tacones, estampados y trajes de mujer que nos dejen ver la personalidad de una futura reina que se está desarrollando y que llegará muy lejos si la ciudadanía y su estilista lo permiten.

Leonor tiene muchos espejos en los que mirarse. Mientras su prima Victoria Federica se atreve con escotes imposibles por las semanas de la moda más importantes de Europa, su madre Letizia Ortiz manda mensajes en cada una de sus apariciones a través de sus vestidos.

No me imagino a la hija de Felipe VI en un plan Rania de Jordania pero sí que podríamos verla un poco Kate Middleton de aquí a unos años. Oye, ojalá.

Cada reina tiene su trono y tiene su propia identidad. Y si no que se lo digan a Isabel II, que descanse en paz, que nos dejó una de las imágenes más icónicas y con más mensaje sin cambiar a penas de tipo de prenda.

De momento el nivel está muy alto, el margen a mejorar es grande y nuestras expectativas inmensas. Leonor, no nos decepciones.