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De mal gusto

Por Miguel Ángel Fernández.

Vuelve la obsesión Juicy Couture


Cuando pensábamos que la moda de los 2000s, omnipresente y de dudoso gusto, estaba más que desaparecida, regresa una firma icónica de esos años que hacen saltar por los aires todas las tendencias para volver al pasado. Juicy Couture, marca clave del principio de este siglo, regresa con su mítico chándal de terciopelo.

Una prenda hortera que hace veinte años algunas celebridades como Pamela Anderson, Carmen Electra o Jessica Alba convirtieron en su prenda fetiche, logrando que las niñas de todo el mundo gastasen cientos de dólares en la afamada marca de ropa deportiva.

Pero, sin duda, si existe alguien que elevó el look chandalero de terciopelo al olimpo de las diosas, esa fue Paris Hilton. En aquel entonces, famosa por ser una pionera en el mundo de los realities show, se convirtió en embajadora de este atuendo y le dio a la marca el mayor regalo que te puede dar una influencer.

Juicy Couture es una firma de moda joven para mujer,  creada en California. Se define a sí misma como una marca glamourosa, irreverente y divertida, que diseña ropa para chicas decididamente modernas.

Hoy, esta marca nacida a finales de los 90 vuelve a estar de moda gracias a una nueva fan que promete no quitarse el chándal en mucho tiempo: Georgina Rodriguez. La novia de Cristiano Ronaldo, famosa por sus looks exagerados y exhuverantes, se ha enamorado de este chándal y quiere traerlo de nuevo a los armarios de todas sus seguidoras.

La famosa wag compartí ahace unos días varias fotos con un chándal rosa, bebiendo champan y disfrutando de un vuelo en su avión privado. Y eso, exactamente, es lo que representa la cultura del Juicy Couture: maximalismo, derroche y el disfrute de saber que eres un poco choni.

Fue uno de los iconos estéticos de la cultura pop norteamericana durante toda una década y logró convertirse en el emblema de una generación. Si su vuelta es finalmente cierta, esto haría muy feliz a muchas nostálgicas de esa época por el módico precio de 120 euros.

Un outfit chandalero deluxe que solo Georgina conseguiría traer de vuelta porque si Georgina lo lleva es porque se lleva. Y sus 60 millones de seguidores en redes sociales seguro que están de acuerdo.