En muchas ocasiones, lo único que une a las personas, es la crítica a terceros: despellejar a un vecino, compañero o incluso a un familiar. Esa pobre unión es la que les mantiene unidos, sin darse cuenta de que la crítica gratuita, tiene un efecto boomerang y que antes o después volverá a nosotros. Por otro lado, nos hipoteca, ya que en algún momento nuestras palabras podrán ser utilizadas en nuestra contra. ¿Cuántas veces hemos escuchado "No se lo digas a nadie" y la misma información "secreta" nos ha llegado por varios caminos...? No olvides que ese que critica delante de nosotros, lo hará con nuestra persona dentro de cinco minutos.
En ocasiones estas personas no son más que "lanzaculpas" que critican para no asumir su propia responsabilidad, lo que se suele llamar "escupir hacia arriba". Recuerdo en una ocasión en la puerta de un colegio, cómo un padre se acercó a un grupo de padres que estaban esperando y al llegar dijo "¿A qué profesor despellejamos hoy?", entre las risas de los demás.
Y, en las reuniones familiares, en las que es tan fácil caer en la crítica, la mejor receta es sacar solo comentarios positivos o callar. Para ese ratito que compartimos, ¿realmente merece la pena preparar el lío? ¿Sacar la lucha de Egos? ¿alimentar nuestro animal criticón? ¿Retomar la discusión iniciada en Navidad? Si lo piensas, ¿cuántos ratos nos quedan de compartir con la familia? ¿Merece la pena perderlos en discusiones y postcríticas? Recordad lo que nos decía Lou Morinoff: "Prefiero tener paz a tener la razón".
Pero algunos, para ser felices, deben intentar que los demás no lo sean. Así se igualan a la baja. Odiar, criticar de manera gratuita nos empobrece, nos hace bajar un par de peldaños en la escala de la evolución humana. La relación que tengo con los demás es un reflejo de la relación que tengo conmigo mismo; si yo me autocritico, así lo haré con los demás.
Para ser feliz, para crecer, no es necesario, pisar, humillar, vilipendiar, o criticar a nadie.
Cuando odias, te odias. Según la neurocientífica Nazaret Castellanos, el juzgar a los demás y el juzgarse a sí mismo, tiene conexiones en el cerebro muy próximas. Es decir que hasta biológicamente el efecto y daño en el cerebro es el mismo en ambas ocasiones.
Otro estudio publicado por la universidad de Manchester midió la respuesta cardiaca ante imágenes que evocaban compasión. Sus resultados encontraron que aquellas personas con baja critica respondían a las imágenes compasivas como si fueran relajantes o amorosas. Sin embargo, aquellas personas con alta crítica respondían a dichas imágenes como amenaza.
Muchas de estas personas viven como células durmientes por no haber sido bien tratadas. Puede que, hasta ahora, este mundo lo hayan hecho personas inteligentes, y ahora necesitemos para poder avanzar, personas inteligentes que sean buenas. Lo llevo diciendo mucho tiempo, de nada nos sirve tener personas bien formadas, pero mal educadas.
Discusiones inútiles:
Discutir cómo enfrentar un Ego contra otro Ego, es el acto más inútil y pernicioso que podemos encontrar. Cuando dos Egos se enfrentan ninguno gana, solo el Enimego (nuestro enemigo el EGO)
Esta discusión desde el Ego, suponen no haber crecido ni personal ni emocionalmente. Son las discusiones que teníamos en la infancia, esas de: "Y tú más", o "la mía es mejor", o "porque tú lo digas".
¿Sabéis quién va a cenar mejor hoy? El que mejor acompañado esté. No el que mejor comida tenga, sino el que más calor humano tenga, el que tenga una conversación más positiva. Al final nos gusta rodearnos de buenas personas, no de criticones malhumorados.
Propongo
Rodearse de un círculo protector, de personas que desprendan afecto, ternura, comprensión. Patrocinar la alegría. Ser peregrinos de la esperanza. Pioneros de un mundo nuevo. Las fuerzas que se asocian para el bien no se suman se multiplican.
Nos ayudará mucho usar biblioterapia, es decir libros que curan. Selecciona bien tus lecturas.
Y miremos nuestro ombligo para ver si antes de criticar tenemos limpia nuestra casa. O como decía Nietzsche que para llegar al techo hay que escuchar a los perros que ladran en el sótano. Echemos un vistazo a cómo está ordenado nuestro sótano.
Lo fácil
Dicen que: Lo fácil es juzgar los errores de los otros, lo difícil es reconocer los propios.
Lo fácil es hablar sin pensar, lo difícil es pensar antes de hablar.
Lo fácil es herir a quien nos ama, lo difícil es curar la herida.
Lo fácil es prometer y lo difícil es cumplirlo.
Lo fácil es dictar reglas, lo difícil es seguirlas.
Lo fácil es decir te amo, lo difícil es demostrarlo cada día.
Lo fácil es criticar a los demás, lo difícil es mejorar uno mismo.
Lo fácil es llorar por lo perdido, difícil es cuidarlo para no perderlo.
Debemos ser tolerantes con los demás, el otro vive una lucha tan importante como la tuya.
Recuerda la vida personal es la asignatura más importante que debes cursar. Esforcémonos en sacarla con nota.
EL CUERVO Y EL ÁGUILA
El único pájaro qué se atreve a picotear un águila es el cuervo. Se sienta sobre su espalda y muerde su cuello.
Sin embargo, el águila no responde, ni lucha con el cuervo; no gasta tiempo ni energía en él, simplemente abre sus alas y comienza a elevarse más alto en los cielos.
Cuánto más alto es el vuelo, más difícil es para el cuervo respirar y luego el cuervo se cae por falta de oxígeno.
Deja de perder el tiempo con los cuervos. Con gente dañina qué sólo se acerca a tú vida para intentar desestabilizarte para proyectar sobre ti, sus propias tormentas.
Solo llévalos a tus alturas y se desvanecerán solos.