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El último palomar tradicional de Zamora esquiva la ruina total y sale de la lista roja del patrimonio en riesgo

La Asociación Hispania Nostra reconoce la rehabilitación del edificio, centenario, y lo incluye en la lista verde del patrimonio recuperado

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El último palomar tradicional de Zamora esquiva la ruina total y sale de la lista roja del patrimonio en riesgo
Félix Oliva López
Félix Oliva López
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De estar en riesgo de caerse a plenarme restaurado. Este ha sido el viaje del palomar de Carrascal, el último edificio de esta tipología del término municipal de Zamora, que luce como en sus mejores tiempos cuando hace no tanto ha estado en serio riesgo de ruina total. La restauración acometida por la Junta de Castilla y León le ha valido su salida de la Lista Roja de Hispania Nostra para entrar en la lista verde, la del patrimonio que se salva de una segura desaparición.

La asociación Hispania Nostra, una de las más reconocidas en la protección del patrimonio, ha sacado el palomar de Carrascal de su lista de patrimonio en riesgo este pasado mes de marzo tras comprobar la satisfactoria rehabilitación llevada a cabo. A finales de 2021 se completó la actuación prevista y está como hacía tiempo. Las obras, llevadas a cabo por la Junta de Castilla y León, han consistido en la recuperación completa de la cubierta, la reposición de los muros de adobe, la limpieza de los nidales, la renovación de las fachadas exteriores y la colocación de una nueva puerta tradicional.

 

La construcción estaba en un estado lamentable y amenazaba un ruina inminente. Aunque se desconoce su fecha exacta de construcción, se calcula que posee cerca de un siglo de existencia. Sin embargo, hacía décadas que no se utilizaba y eso había acelerado su degradación. Ubicado entre el barrio zamorano de San Frontis y el de Carrascal del Duero, constituye un elemento arquitectónico de gran valor para el municipio de Zamora, al ser el único ejemplo de palomar tradicional que se conserva en el mismo

 

Durante años había ido sufriendo desperfectos: tenía la cubierta parcialmente rota, igual que la cúpula que coronaba el tejado y el interior, donde había huecos para la entrada de las palomas. Ahora todo eso se ha arreglado.

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