circle
Clásico

Qué ejercicios son más adecuados para las personas mayores

Mantenerse activo y hacer ejercicio regularmente puede ayudar a prolongar la vida y evitar o retrasar algunas enfermedades o discapacidades.

Qué ejercicios son más adecuados para las personas mayores
Lectura estimada: 4 min.

El ejercicio es seguro para la mayor parte de las personas mayores de 65 años. Incluso pacientes con diferentes enfermedades crónicas pueden hacer ejercicio con total seguridad y tranquilidad.

 

Así lo asegura la Fundación Española del Corazón (FEC), quien recalca que son muchas las ventajas y beneficios que puede aportar a los mayores el practicar algún tipo de ejercicio físico con moderación. Eso sí, destaca que siempre será el médico el que recomiende sobre la seguridad de ciertas actividades y sobre cómo mejorar la condición física de la persona anciana.

 

Según indica, la actividad física regular se ha mostrado efectiva en varias patologías: enfermedades del corazón (cardiopatía isquémica), hipertensión, obesidad, diabetes, osteoporosis (descalcificación de los huesos) y alteraciones del bienestar psicológico. Además, sostiene que el ejercicio mejora también el equilibrio, de forma que se previenen caídas que pueden provocar fracturas en personas con osteoporosis.

 

"La actividad regular resulta útil en los casos de incapacidad que provocan otras enfermedades y también es beneficiosa para evitar la obesidad. Se ha demostrado, igualmente, que el ejercicio moderado en edades avanzadas mejora el sistema inmunitario y puede retrasar los trastornos de memoria", advierte la FEC.

 

En este sentido, en una entrevista con Infosalus, el geriatra d el Hospital San Francisco de Asís de Madrid, y miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), Jose Luis Pérez Gutiérrez, recuerda que es especialmente conveniente durante la tercera edad dada la pérdida en su condición física y mental.

 

"Generalmente las personas más mayores pierden masa muscular, así como agilidad y equilibrio. Por eso, para tener una buena salud física es imprescindible el ejercicio porque se activa la circulación sanguínea, se mejoran las alteraciones metabólicas, incluso mejora el estado de ánimo, por ejemplo", destaca.

 

El también experto de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) indica que preferentemente las personas más mayores deben practicar ejercicio acompañados de otras que les supervisen y les estimulen, aparte de que una compañía siempre puede suponer un estímulo mental para el anciano, así como una vía para comunicarse y socializarse con otros, frente a la tendencia a la soledad y al aislamiento, muy propios de la edad.

 

Entre otros problemas el experto dice que las personas mayores presentan un mayor riesgo de caerse que otro adultos, aparte de que hay que tener en cuenta a la hora de que hagan ejercicio que han perdido facultades auditivas o de visión por ejemplo, por el propio paso del tiempo, o con motivo de una enfermedad.

 

A su vez, sostiene que hay que atender a la pluripatología que pueda presentar una persona mayor a la hora de prescribirle una serie de ejercicios, ya que puede tomar una serie de medicamentos que, por ejemplo, le afecten al equilibrio.

 

EJERCICIO INDIVIDUALIZADO Y VALORADO POR ESPECIALISTA

Por todo ello, considera que el ejercicio debe ser individualizado y valorado por un especialista, puesto que el anciano presentará unas determinadas características físicas o mentales, así como una serie de patologías que pueden limitarle a la hora de realizar ciertas actividades. "Por ejemplo, si ha tenido una cardiopatía especifica hay que ver qué ejercicios le convienen más, o por ejemplo los diabéticos tienen que tener cuidado si toman medicación porque al hacer ejercicio pueden disminuir los índices de glucosa", señala el doctor Pérez Gutiérrez.

 

Por otro lado, ve conveniente que este ejercicio se haga de forma progresiva, por ejemplo que primeramente se empiecen con 5 minutos andando, y poco a poco cada día se ande un poco más. Ve conveniente a su vez un calentamiento previo antes de realizar el ejercicio, así como no finalizarlo bruscamente.

 

Sobre los ejercicios más apropiados apunta a aquellos de bajo impacto, los aeróbicos fundamentalmente, como andar, bailar, subir escaleras, nadar o pedalear, por ejemplo. Los ejercicios de fuerza podrían estar indicados, pero siempre que estén dirigidos por una persona y se hagan preferentemente en grupo. Por ejemplo se pueden levantar bolsas llenas, o pesas, aunque no a un nivel de gimnasio, precisa.

 

El geriatra del Hospital San Francisco de Asís de Madrid ve también muy importante la realización de ejercicios de equilibrio, marcha, y actitud postural. "Es necesario que se hagan a diario, aunque se tenga pereza. Quizá ese día se pueden realizar aunque en menos intensidad que otros, pero no hay que dejar de hacerlo. Se debe convertir en un hábito, no en una obligación, y siempre evitar las horas centrales del día con más sol o calor", remacha, al tiempo que recuerda que los ejercicios que no están indicados son aquellos de contacto, tipo el fútbol o el boxeo, por los riesgos que conllevan.

 

TAMBIÉN EJERCICIO MENTAL

Eso sí, el experto advierte de que la actividad no sólo debe ser física, sino también mental para no perder capacidad cognitiva. "La estimulación cognitiva es imprescindible que acompañe al ejercicio físico ya que los ancianos tienden a cierta pasividad, dejan de tener amigos por fallecimiento, no leen como leían antes, no recuerdan el día porque como no van a trabajar no necesitan saberlo; una suma de factores que hacen que se vayan aislando y vayan olvidán".

 

Aquí ve conveniente que lean el periódico y después lo comenten con sus hijos o personas que les cuiden, hacer ejercicios mentales como por ejemplo de cuentas (sumas y restas), o de recordar palabras o refranes. "Luego hay ejercicios específicos para evitar el deterioro cognitivo, muchas tablas en las que se indican figuras geométricas, letras o número a rellenar con huecos, por ejemplo", agrega el doctor Pérez Gutiérrez.