La niebla y el frío no impidieron que los zamoranos recibieran como se merecen a los Reyes Magos de Oriente. El público esperaba ya en la calle al menos media hora antes de la hora prevista de salida de la Cabalgata. Y no se hizo esperar... Ya vienen los Reyes... Entre la niebla que envolvía la ciudad de Zamora aparecieron en sus carrozas Melchor, Gaspar y Baltasar.

Tres carrozas, tres tronos reales, dos camiones de bomberos para "facilitar el acceso a todos los hogares" y varios vehículos de apoyo técnico y de seguridad formaron el cuerpo central del cortejo de la cabalgata.

El medio millar de pajes y voluntarios de las diferentes asociaciones y colectivos zamoranos participantes endulzaron la jornada con 50.000 piruletas y 1.500 kilos de caramelos. Como cabía esperar, y en cumplimiento de la normativa vigente, desde las plataformas móviles no se lanzó al público ningún tipo de objeto.

Sin caballos ni dromedarios, como se había anunciado ya, la cabalgata de los tres Reyes llegó a Zamora acompañada de un nutrido séquito real y de un fastuoso despliegue de luz, fantasía, música y color que aportaron los espectáculos, actuaciones y animaciones inspirados en los antiguos reinos de Oriente.

Las mitologías de Persia, Egipto y Arabia inspiraron este año el vestuario, la ambientación y las carrozas, cada una de 10 metros de largo, en las que cada uno de los Magos iba acompañado de su cortejo, entre emisarios reales y astrólogos.

Precediendo a la comitiva iba la carroza portadora de la estrella de Belén, guiando el camino del cortejo real. Al frente, la compañía de teatro de calle "Les Chevaux de la Nuit" con sus globo-esculturas de más de cuatro metros de altura. Y, tras ella, el espectáculo "Mundos de luz" de la compañía Musical MST, formando la constelación que sigue el cometa fugaz cumpliendo los deseos de todos.

Además de piruletas y caramelos se repartieron cerca de 2.000 cuentos infantiles, cuadernos para colorear, y pequeños juguetes, para fomentar la lectura y la creatividad de los más pequeños de la casa.

A la llegada a la Plaza Mayor, los séquitos reales descendieron de sus carrozas para la tradicional ofrenda ante el Belén Viviente, que los esperaba sobre el escenario central en donde, como novedad, los mensajes que pronunciaron sus majestades tras la protocolaria entrega de llaves y la recepción por parte del alcalde y la corporación municipal, fueron traducidos al lenguaje de signos gracias a la Asociación de Personas Sordas de Zamora.

El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, realizó la tradicional entrega de las llaves a los Reyes Magos, junto con el concejal de Juventud Sergio López y entre los aplausos del público, para poder repartir los regalos en los hogares de la capital. Antes, el primer munícipe recordó a los llegados de otros países "porque en el suyo hay situaciones que les impiden crecer en paz o con garantías de seguridad".

"En mi carta yo he pedido en nombre de la ciudad que los niños y niñas del mundo tengan todo lo que necesitan para crecer felices y seguros. Juguetes también, claro está", deseó el munícipe zamorano. "Este año también he pedido que los niños y niñas que este verano vieron cómo ardían sus campos y sus árboles en muchos pueblos de Zamora, los vean renacer y crecer para que se hagan tan altos como ellos".

Para todo el mundo pide el alcalde paz y derechos sociales. "Y para Zamora, consultorios médicos en los pueblos, trabajo para que los jóvenes no se vayan de Zamora, y para los padres y madres dejadnos alguna fábrica en los zapatos, y ayuda y magia para hacer una ciudad mejor". 

Un año más, la coordinación y dirección de arte de la cabalgata estuvo a cargo de la Agrupación Belenista La Morana de Zamora, colectivo ya veterano en la puesta en escena de la llegada de los Magos a Zamora, con el soporte de Caja Rural de Zamora y GAZA además de la colaboración y la ilusión de todos los componentes de los grupos de música y agrupaciones musicales, danza, teatro aficionado y patinadores participantes.