Son voluntarios y en estos últimos "años complicados" han visto cómo tenían que intensificar su altruista labor. Tras todo lo generado por el covid llegó el temporal Filomena, luego los incendios del verano en la provincia de Zamora, y ahora la emergencia local por los elevados niveles de arsénico en el agua.

La agrupación de Protección Civil de Toro celebra este año su 35 aniversario embarcada en estos momentos en el reparto de agua a domicilio. Un total de 300 hogares dependen de la ayuda de Protección Civil para poder consumir agua. 

La estimación de personas en esa situación ronda las 400, según el jefe de la agrupación, Joseva Rividiego, teniendo en cuenta que en una buena parte de los 300 hogares atendidos por Protección Civil vive sólo una persona.

Todas están en situación vulnerable. Son personas mayores de 75 u 80 años, o con discapacidad o movilidad reducida, muchas en situación de viudedad, que no pueden acudir por su propio pie a las potabilizadoras o a los supermercados a comprar agua.

"Somos sus brazos y sus piernas", se expresa Revidiego, "somos sus nietos porque no tienen a nadie". Muchos tienen hijos, pero no viven en Toro. "Nos acercamos a sus casas y charlamos con ellos", prosigue el jefe de Protección Civil de Toro, "les ayudamos y escuchamos". "Atendemos la soledad, no sólo repartimos agua".

Lo mismo hicieron en la época de la pandemia. Entonces "atendimos a personas confinadas por el covid que no podían ir a comprar y les llevábamos alimentos de primera necesidad".

En esta ocasión han repartido 7.000 litros de agua. Al principio, en garrafas de diez litros pero, una vez observada la incomodidad que suponían para las personas mayores, se sustituyeron por packs de media docena de botellas de litro y medio.

Desde que se produjo la última alerta sanitaria, el 21 de diciembre pasado, Protección Civil de Toro ha atendido 1.300 llamadas telefónicas para realizar alguna petición en torno al agua, declarada no apta para consumo humano en una población de alrededor de 9.000 personas. Llaman para realizar alguna petición, "o informarse de cómo avanza la situación".

Pero, de momento, parece que no avanza. Los toresanos siguen sin poder beber agua del grifo, 25 días después de que por segunda vez en poco tiempo Sanidad alertase de los elevados niveles de arsénico en el agua de la red de abastecimiento, prohibiéndose su consumo. Una situación "complicada", al tratarse de un recurso de primera necesidad, lo que genera "rabia e impotencia", comentan en Toro.

La conmemoración de los 35 años de Protección Civil en Toro se inició, oficialmente, este fin de semana, con la inauguración de la "Exposición generacional 1988-2023", en la Casa de Cultura, en la calle de Corredera, donde pueden contemplarse desde fotografías hasta material antiguo y documentos de la agrupación en un sinfín de material que evidencia la labor de la agrupación.

En marzo se celebrará en el Teatro Latorre una gala homenaje a la labor de los voluntarios, antiguos y actuales, en un acto que se pretende "sencillo y emotivo". También está previsto más adelante un simulacro, con el fin de vivenciar la labor que realiza Protección Civil en una situación de emergencia y en coordinación con el resto de servicios y ciudadanos.

El grupo de Protección Civil de Toro está formado por 16 voluntarios, hombres y mujeres de entre 16 y 60 años, y está "abierto a todo el que desee ayudar y tenga una vocación de servicio público". Desde 1988 han pasado por la agrupación 140 voluntarios.