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Trabajadores forestales y Greenpeace temen que Fiscalía deje la puerta abierta a más incendios
La organización ecologista critica que la Junta escatime la inversión para cuidar del medio ambiente y tacha de "ilícita" la conducta de los responsables políticos
El archivo de las diligencias contra Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León por los incendios en la Sierra de la Culebra ha llevado tanto a Greenpeace, una de las organizaciones denunciantes, como a la Asociación de Trabajadores de Incendios Forestales de Castilla y León, a temer que Fiscalía de Castilla y León haya dejado "la puerta abierta" a que haya más incendios como los registrados en la provincia el verano pasado.
Además de expresar su "disconformidad", los Trabajadores de Incendios Forestales inciden en que toda la Comunidad está expuesta "a más de lo mismo, pues ni se prevén mejoras ni preparación y prevención ante los incendios de 6ª generación que se dan en los últimos veranos".
"Todos aquellos que pidieron justicia en verano, cuando los incendios estaban en el punto de mira de la prensa nacional e internacional y en consecuencia se posicionaban de forma tajante en contra de los responsables, miran para otro lado en invierno y dejan en el más triste silencio la incoherente respuesta de la fiscalía. ¿De verdad les importaba?", se preguntan.
Así las cosas, reclaman a los denunciantes PSOE, CSIF, CCOO, Ecologistas en Acción y Greenpeace que "respondan ante tamaño despropósito".
Greenpeace denunció que pese a las señales que evidenciaban la existencia de un riesgo alto de incendio, la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León declaró que el riesgo era medio o bajo, conforme a lo establecido en el Plan de Protección Civil ante Emergencias por Incendios Forestales en Castilla y León, que marca el inicio de la temporada de riesgo alto, con la consiguiente dotación de medios, a partir del 15 de julio. Según la organización ecologista, cuando se produjo el incendio, los días 15 y 16 de julio, no estaban movilizados todos los recursos del dispositivo contra incendios.
"La Consejería escatima la inversión necesaria para cuidar del medio ambiente y del bosque, como le exige la normativa estatal, comunitaria e internacional, máxime en un contexto de cambio climático. Para la ciudadanía, es incomprensible que esta actitud irresponsable de los poderes públicos, que ha causado un daño ambiental gravísimo, quede impune, dejando la puerta abierta a comportamientos similares de cara al próximo verano", en palabras de la abogada de Greenpeace, Lorena Ruiz-Huerta.
Además, según se sostiene desde Greenpeace, en base al testimonio de los bomberos, el ritmo del incendio durante el primer día era "accesible" para haber podido apagar el fuego, de haber tenido los recursos suficientes. Pero a partir del jueves 16 por la noche, debido a los condicionantes de viento, calor y sequedad que se estaban produciendo en esos días, la velocidad del fuego ascendió a 515 hectáreas por hora, por lo que en palabras de los propios bomberos, "ya no había nada que hacer", y en algo más de 24 horas se habían quemado 10.000 hectáreas.
A su vez, Greenpeace argumenta que la situación de cambio climático que afecta a nuestro país desde hace años, con un cambio de las circunstancias meteorológicas y una sequedad extrema del terreno, "supone que los responsables políticos tendrían que haber modificado los planes antiinciendios hace tiempo, ampliando el periodo de riesgo alto de incendios a los meses de mayo, junio y julio".
En el momento en que se produjo el incendio de la Sierra de la Culebra, "llevábamos semanas de mapas bermellón de la Aemet alertando del riesgo extremo de incendios", recuerda el colectivo, así como el precedente del año anterior cuando se quemaron 22.000 hectáreas en Navalacruz, en la provincia de Ávila, en lo que, hasta ese momento, era el peor incendio de la historia de la comunidad autónoma.
La Fiscalía de Castilla y León considera que los hechos denunciados no son constitutivos de delito, ya que "ante la adversa situación climática existente en el mes de junio de 2022 en Zamora, la Consejería de Medio Ambiente no permaneció pasiva o inactiva, sino que se realizaron actuaciones tendentes a dar solución a la situación planteada".
Pero, como se lamenta desde Greenpeace, "ni el Decreto de conclusiones de la Fiscalía, ni los seis meses de investigación desde la interposición de la denuncia, han demostrado que la Junta adoptase las medidas necesarias para evitar un riesgo que llevaba semanas alertándose y del que existían precedentes como para haber actuado de modo responsable".
"Es justo al contrario. Si los responsables hubieran aprobado un plan de prevención de incendios, con las necesarias actividades preventivas y de mantenimiento del monte, así como con un dispositivo de extinción a pleno rendimiento en un momento en que las alertas de riesgo de incendio ya estaban disparadas, la evolución del incendio no hubiera sido tan devastadora". Para Mónica Parrilla, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace España, "es inadmisible justificar la inacción por una meteorología adversa".
La Fiscalía considera que no se ha aportado ninguna prueba que avale la realidad de los hechos denunciados. Pero para Greenpeace la evidencia de un macro incendio que devastó 30.000 hectáreas, "como consecuencia del estado de abandono del monte, de las altas temperaturas durante muchas jornadas continuadas y la falta de medios en los dispositivos contra incendios, que hubieran podido paliar la catástrofe de haber estado funcionando al cien por cien de su capacidad, no sólo está acreditada, sino que constituye una conducta ilícita por parte de los responsables políticos".
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