La muestra se desarrollará en la Catedral y en la iglesia de San Cipriano, mientras el templo de San Isidoro será punto de divulgación
El bombero de Zamora en Turquía: "Es la catástrofe de mayor magnitud en la que he intervenido"
El zamorano Javier Bodego, responsable de la ONG Acción Norte, relata el día a día en las labores para localizar vida bajo los escombros
Es la catástrofe "de mayor magnitud" a la que se ha enfrentado el zamorano Javier Bodego, uno de los bomberos que ha acudido a las labores de rescate tras el terremoto de Turquía, junto a compañeros de otras provincias de Castilla y León y de Álava de la Organización No Gubernamental Acción Norte.
Bodego, que está al frente de esa ONG, permaneció durante cuatro jornadas, desde el pasado jueves, en Adiyaman (Turquía) junto a seis bomberos de Vitoria y un aparejador de Tenerife a los que se sumó al día siguiente un equipo de diez bomberos de Valladolid, Palencia y Salamanca.
La labor de todos ellos ha sido la de intentar localizar personas con vida entre los edificios derruidos, antes de que entrara la maquinaria pesada a retirar los escombros para sacar los cadáveres, un trabajo en el que ha sido fundamental el apoyo de perros de la Escuela SAMU de Sevilla y de las unidades caninas de rescate de La Rioja y Asturias, pertenecientes a la Asociación Nacional de Grupos del Perro de Salvamento.
Bodego ha explicado, en declaraciones recogidas por Efe, que el trabajo en esa zona afectada por el terremoto ha sido continuo, sin parar de un lugar a otro donde les indicaban que había una pequeña posibilidad de que hubiera vida bajo los escombros.
Asegura que sólo paraban "por la tarde-noche porque los perros necesitaban descanso" y a la hora de dormir. Eso sí, el sueño debían conciliarlo en las tiendas de los campamentos de refugiados y con temperaturas que alguna noche alcanzaron los doce bajo cero. Por eso, y porque el tiempo apremiaba a la hora de poder localizar gente con vida, durmieron "poquito para, enseguida, volver a trabajar".
Así es el relato del bombero zamorano sobre su día a día en esa ciudad turca de 300.000 habitantes devastada por el seísmo. La primera jornada en la zona, nada más bajar del autobús, ya comenzaron a trabajar junto a los militares que les trasladaban a las zonas en las que era necesario comprobar, con los perros y con cámaras térmicas, si podía haber personas sepultadas aún con vida bajo los edificios derruidos.
Las posibilidades eran mínimas y la expedición no tuvo la suerte de otros grupos de rescate de llegar a salvar vidas pero la labor desarrollada al menos les servirá como aprendizaje, ya que ahora "sabemos como mejorar nuestras intervenciones y qué material podremos utilizar para encontrar con facilidad los signos de vida que haya".
El regreso de esta ciudad afectada por el terremoto lo realizaron el domingo por indicación de las autoridades turcas, por cuestiones de seguridad, pero con la sensación de que aún quedaba "mucho por hacer".
Bodego, que trabaja para el Consorcio Provincial de Extinción de Incendios de Zamora, reconoce estar acostumbrado a intervenciones en catástrofes, pero no con tantos fallecidos ni tantos edificios colapsados como los que han visto, de ahí que crea que tardará aún al menos un par de días en asimilar lo que ha vivido en la zona afectada por el terremoto.
La ONG Acción Norte estudia ahora su colaboración con otro grupo de bomberos españoles que se desplazó a Turquía para entregar medicinas, tiendas de campaña, mantas y sacos de dormir con destino a los damnificados por el terremoto.
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