Nao, un pequeño humanoide de medio metro de origen japonés, ha sido una de las estrellas robóticas de la I Feria Internacional de Innovación y Tecnología al Servicio de los Ciudados (Fitecu) que se celebra hasta hoy en Villardeciervos. Nao ha sido utilizado por empresas españolas para adaptarlo a diferentes usos, como combatir la soledad no deseada o acompañar a personas hospitalizadas y disminuir su ansiedad.

La empresa Alesys, encargada de su desarrollo, ya ha probado su uso en el Hospital Clínic de Barcelona o en el Universitario Central de Asturias en Oviedo, según lo apuntado a EFE por la directora de desarrollo de negocio de robótica, Georgina Díaz, quien detalla que el coste de este robot, que habla veinte idiomas, ronda los 7.000 euros. Y más caro que Nao es Furhat, un robot con forma de cara humana utilizado en rehabilitación cognitiva, con un precio que alcanzaría los 20.000 euros

En Fitecu se han mostrado desde el jueves, día de su inauguración, desde los robots humanizados que hacen compañía, supervisan la rehabilitación en casa o dan de comer, hasta las ayudas técnicas que se puede obtener con un simple clic mediante impresoras en tres dimensiones. 

El evento, organizado desde la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León, muestra algunos de los avances actualmente en desarrollo en centros de I+D españoles o que ya han empezado a implantarse y comercializarse para mejorar la autonomía y la calidad de vida de personas mayores y dependientes.

Otro ejemplo de las tecnologías que hacen más fácil la vida de personas que requieren cuidados lo presenta la Red Iberus, un conglomerado de centros tecnológicos de País Vasco, Castilla y León, Asturias y Valencia, que se ha valido de la electrónica, la inteligencia artificial y la imagen para apoyar la rehabilitación de personas que han sufrido un ictus.

Según las explicaciones del desarrollador de Íberus Manuel González, recogidas por EFE, un asistente remoto permite llevar a cabo la rehabilitación desde casa sin tener que desplazarse a centros específicos. Esta tecnología permite monitorizar el avance en los ejercicios y transmitir los datos al fisioterapeuta.

Otras innovaciones expuestas en Fitecu son los andadores asistidos con tecnología que previenen caídas y facilitan los movimientos de bajada y subida, o los esoesqueletos que desde 750 euros evitan que la espalda de los cuidadores de encamados se resienta, o el invento llegado desde Valladolid que ayuda a levantarse de la cama a personas con movilidad reducida en el tren inferior.

También hecho en Castilla y León, en el centro tecnológico Cartif, es una adaptación que permite a personas tetrapléjicas manejar con su cuello un robot con forma de brazo que da de comer de forma autónoma, sin necesidad de la presencia de un cuidador.

La feria muestra también soluciones más sencillas pero igual de eficaces, como adaptadores que salen de las impresoras 3D de las asociaciones de parálisis cerebral de Castilla y León y que ayudan a personas con limitaciones de movilidad a escribir, manejar el cepillo de dientes o utilizar un cortauñas.

También Cruz Roja Española ha presentado sus soluciones, en este caso de teleasistencia, adaptadas a personas con discapacidad auditiva, visual, con paraplejia o daltónicas. Esta entidad ha aprovechado la feria y su celebración en el pequeño municipio zamorano de Villardeciervos para dar a conocer su primera oficina móvil diseñada para llevar servicios de intervención social al medio rural.

Fitecu concluye hoy tras las demostraciones y ponencias en las que han intervenido, desde el pasado 23 de febrero, 35 conferenciantes de países como Japón o Argentina.