El grupo municipal del PP presentará mañana una moción en el Pleno del Ayuntamiento de Zamora para homenajear la figura de Segundo Viloria, otorgando su nombre a una calle de la capital, cuando se cumplen, este 2023, los cien años de la muerte del arquitecto benaventano, el próximo 15 de abril.

"Consideramos fundamental llevar a cabo este homenaje en forma de calle o espacio en la ciudad que ensalce la figura tan importante que fue el arquitecto Segundo Viloria Escarda", como expone el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Víctor López de la Parte.

Así, los populares solicitarán tal denominación para recordar la figura y el trabajo realizado en Zamora por el que fue el primer arquitecto titulado que trabajó en la Diputación Provincial de Zamora, además de ser también arquitecto diocesano y municipal.

Viloria Escarda, nacido en Benavente en 1855 y fallecido en Zamora en 1923, es el artífice de una serie de inmuebles que aún forman parte del patrimonio arquitectónico de Zamora "siendo en la actualidad considerados como edificios clásicos y que, no obstante, en su momento, fueron verdaderos iconos del progreso por sus novedades arquitectónicas".

Entre sus obras, la construcción, tras un incendio, de las actuales arcadas de la Plaza Mayor, en 1882, "aún herederas del clasicismo imperante por aquellos años"; y la red de saneamiento y alcantarillado de la ciudad, en 1885, que sigue siendo "un documento de consulta hoy día por parte de técnicos municipales y particulares". También proyecta, en 1887, la escalera de la Puerta del Obispo de la Catedral.

El nacimiento de una burguesía industrial y de los negocios le permite experimentar y aplicar sus ideas en obras como la casas de José Prieto (1884) en la plaza de Sagasta, José Cid (1902) en la calle de San Torcuato, hermanos Bobo en la de Benavente (1909), y la de Gabino Bobo (1916, actual Hotel Horus Zamora), para quien también traza un panteón en el cementerio municipal, y una fábrica de harinas (1907) en la Carretera de Villalpando.

Su obra más emblemática y notable es el Mercado de Abastos de Zamora, proyectado en 1902 e inaugurado, "con grandes elogios de toda la población", dos años después. En ese espacio combina la arquitectura del hierro con la piedra y el ladrillo, "planteando un edificio funcional, sin demasiadas concesiones decorativas, y brillantes soluciones arquitectónicas, como los grandes vanos acristalados de las fachadas".

"Todo un signo de modernidad y una apuesta arriesgada para una ciudad tan conservadora, pensado para sobrevivir al tiempo", como expone el grupo municipal del PP en la moción que llevará al Pleno de mañana en el Consistorio zamorano.