El día festivo, radiante y primeraveral favoreció que Zamora se echase a la calle para no perderse la salida de La Borriquita, esta vez de la carpa de pasos instalada por la Junta Pro Semana Santa en la plaza de Claudio Moyano, ante la demolición del viejo museo para la construcción del nuevo centro museístico.

La Borriquita aguardaba a la puerta de la instalación provisional para arrancar mientras se formaba el desfile, que tenía prevista la salida a las cinco y media de la tarde.

La tradición se repitió un año más y una multitud de niños y niñas acompañó con sus palmas y ramas de laurel a la Real Cofradía de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén por las calles de Zamora, hermandad que este año conmemora con distintos actos los 75 años de su creación.

Los alrededor de 150 cofrades visten túnica de raso blanco con botonadura, caperuz, faja y capa de color púrpura. Los niños de la cofradía van ataviados con túnicas de raso blanco con turbantes y fajas, azules las niñas y de color púrpura los niños.

Pero no son los únicos del cortejo. La mayoría viste de calle y se suma con sus palmas al desfile, los más pequeños de la mano de sus mayores o bien acompañados de cerca.

"Pasan los tiempos y las generaciones, se transforma la ciudad y las costumbres de sus gentes, se modifican la ceremonia y la fisonomía procesional, sin embargo, los niños siempre serán niños todos los Domigos de Ramos", como ensalzó en el Pregón oficial de la Semana Santa Enrique Crespo, pocas horas antes de la salida de la procesión de La Borriquita.

La procesión de la tarde del Domingo de Ramos es heredera de la procesión de cordón que desde la Edad Moderna celebraba la Venerable Orden Tercera de Nuestro Padre San Francisco, primero con un santo Ecce Homo, y después, ya a principios del siglo XIX, con el grupo escultórico de la entrada de Jesús en Jerusalén, hasta el año de 1948.

La primera procesión de la actual cofradía se realizó en 1949 con el antiguo paso, un modesto grupo que representaba el momento en que Jesús, montado en un pollino, entraba en la Ciudad Santa, y que sería sustuido en la procesión por el actual grupo escultórico, obra de Florentino Trapero, que representa a Jesús montado en una burra, rodeado por el gentío que le aclama. Fue realizado en 1950.