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Muñoz pierde los nervios al hablar una testigo de sus "amistades peligrosas"

El acusado se desquició cuando una amiga de Raquel habló de su vinculación con el jefe de la Policía de Ponferrada. El juez le abroncó por hacerle gestos extraños

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Muñoz pierde los nervios al hablar una testigo de sus "amistades peligrosas"
Pedro Muñoz, en el centro, acompañado de sus dos abogados. | Foto: Ical
Susana Martín
Susana Martín
Lectura estimada: 7 min.
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Muñoz pierde los nervios al hablar una testigo de sus "amistades peligrosas" y su supuesto "poder". Este martes se celebró en la Audiencia de León la segunda sesión del juicio al expolítico Pedro Muñoz, acusado de intentar matar a su segunda exmujer y de otros siete delitos. La jornada arrancó más puntual que la primera con la declaración por videoconferencia de E., y R. -los dos hermanos de Raquel Díaz, la víctima- que ratificaron sus declaraciones en sede policial y judicial. Ella relató que estaba presente y escuchó una supuesta bronca entre Muñoz y su hermana en agosto de 2017 en la casa de Toreno: que "discutieron, él se fue a dormir, Raquel no sabía si acostarse en otra habitación" y, ya por la noche, la hermana oyó desde su dormitorio "una fuerte discusión, golpes y que Raquel se quejaba mientras él la arrastraba al piso de abajo". "Me dio miedo salir, yo estaba con mis niños", declaró la hermana mediana de Raquel.

El procesado se mostraba este martes visiblemente nervioso. No paró de moverse, gesticular y hacer comentarios a su letrado, especialmente desde la llegada de la tercera testigo de la jornada (B., amiga de Raquel), que ofreció hace tres años y medio una de las testificales claves para la detención del exconcejal de Ponferrada en junio de 2020. 

Clienta del despacho profesional de Raquel desde hacía más de una década, Raquel y B. habían ido estrechando lazos, hasta el punto de la abogada llegó a refugiarse en casa de ésta cuando se producían episodios más turbulentos en su casa, como ella misma declaró este lunes en la Audiencia de León. B. le ofreció refugio en su casa, donde Raquel siguió las primeras sesiones online de su psicóloga ("para que él no se enterara") y hasta le buscó una vivienda en tierras gallegas, en la época en que Raquel buscaba dónde ir para "escapar" de su ahora exmarido.

Fue también B. quien declaró haber escuchado llamadas "muy violentas" de Muñoz a Raquel, que ponía el manos libres, y quien en una ocasión vio moratones en un brazo de la abogada, "que jamás me confesó que los malos tratos que sufría eran también físicos".

"Yo le propuse denunciarlo, pero me dijo que tenía mucho poder y que si se marchaba él le iba a destruir, a acabar con ella", declaró la amiga de Raquel, una de las pocas personas que han apoyado a Raquel desde que su infierno de malos tratos fuese a peor en mayo de 2020. 

"Raquel me contó que había llamado al 112 y que creía que se habría grabado", contó B., y la fiscal reconoció que gracias a esa pista lograron localizar la llamada de Raquel a Emergencias el 13 de marzo de 2018, una llamada que pudo hacer sin que su marido se diera cuenta y que dejó grabados unos minutos asfixiantes de gritos, golpes y supuesta violencia de Muñoz contra Raquel". "Cuando vio el móvil llamando, él colgó y lo lanzó contra la pared", declaró la propia Raquel este lunes en la sala, "me dijo que nunca más llamara al 112 porque él lo tenía controlado y a mí no me iban a socorrer".

La amiga de Raquel contó este martes que Raquel le había contado que la discusión se produjo por una fotografía, "aunque ella me dijo que creía que eso fue en junio".

A preguntas del letrado de Raquel, Felipe Patiño, la amiga explicó que "ella me decía que Muñoz tenía ciertos amigos poderosos y que ni me imaginaba hasta dónde llegaba su poder, ella tenía miedo".

- "¿Se refería a Arturo Pereira" (jefe de la Policía Local de Ponferrada)?

- "Sí", contestó B.

En ese momento, tras un rato muy agitado y sin parar de murmurar, Muñoz se levantó repentinamente y, sin pedir permiso a la sala, dijo que necesitaba ir al baño. "¡Jodeeer!", dijo al salir, y pegó un portazo. La sala se quedó en silencio hasta que el acusado regresó.

- "¿Le pasa a usted algo, está bien?", preguntó Miguélez, presidente del tribunal.

- "Cómo me voy a encontrar bien", soltó un Muñoz airado.

- "Le veo un poco alterado", insistió el magistrado.

- "Me pasa de todo", indicó Muñoz medio sollozando.

Y el abogado de Raquel prosiguió preguntando a B.: "¿Hablamos de la misma persona que instó a la familia a que sacara un comunicado para defender su honorabilidad cuando Raquel le señaló en su primera declaración, en octubre de 2020?". La amiga dijo que sí. "Se hizo esa gestión a través del abogado que entonces defendía a Raquel".

B. prosiguió respondiendo a las preguntas de las partes. Muñoz se mostraba cada vez más nervioso. Miguélez volvió a tomar la palabra, y bastante molesto se dirigió al procesado:

- "¿Qué gestos le hace usted a la testigo? No puede hacer usted ningún gesto a ninguna persona, así que tranquilícese. Si sigue así, le echo de la sala". Muñoz pidió perdón, bajó la cabeza y se llevó también la reprimenda de su letrado. La testigo contó después que Muñoz le hacía gestos extraños con la mano en el pecho.

También en la segunda sesión declararon varias amigas y un amigo de Raquel, que se ratificaron en sus declaraciones de 2020 y relataron varios episodios sobre el control que ejercía Muñoz sobre Raquel o sobre el miedo que le tenía ella, al igual que hizo el lunes la hija de Raquel, C. A ninguno les había referido episodios de violencia física, aunque sí insultos, amenazas y presión psicológica.

Para concluir la jornada, la declaración del 'guardés' de la finca de Toreno, G.P., que dijo ser "un amigo" de Muñoz, aunque en realidad realizaba tareas de jardinería y chapuzas varias, según ha relatado Raquel. Fue su mujer quien limpió sangre de Raquel el día de los hechos que se juzgan y fue él quien, increíblemente a preguntas de la defensa, contó lo que le dijo Raquel cuando volvieron a verse durante la reconstrucción de los hechos. "¿Qué me ha hecho, Gus?", le espetó ella cuando se reencontraron.

Por qué nadie socorrió a Raquel Díaz cuando llamó al 112 en 2018

En la tercera jornada del juicio a Muñoz por intentar matar a Raquel Díaz el 27 de mayo de 2020 podrían llegar algunas sorpresas. Declara la mujer del guardés, M., y también los hijos de Muñoz y su primera exmujer, B.B., de quien Raquel contó este lunes que "le pidió el divorcio en su 40 aniversario y antes llamó a su hija para que estuviese, porque tenía miedo de él".

Pero el plato fuerte de la tercera jornada del juicio a Pedro Muñoz llegará a media mañana de la mano de Arturo Pereira -y todos los policías que intervinieron de alguna manera en el incidente del 112-, que deberán dar algunas explicaciones este miércoles, porque -aunque el Ministerio Fiscal no- la acusación particular de Raquel sí solicitó estas comparecencias en su escrito de acusación. Todos los agentes y el máximo responsable de los municipales ponferradinos han optado por declarar por videoconferencia, y lo harán desde el juzgado de Ponferrada.

"No me entra en la cabeza que el 112 no asista a alguien que llame", dijo Pereira al juez cuando declaró el 27 de noviembre de 2020. Raquel habló de que él podría tener algo que ver con que nadie la socorriera en 2018 por su estrecha amistad con su marido cuando declaró por primera vez (no dio muchas explicaciones, estaba bastante maltrecha) y el juez quiso tomar declaración al jefe de la Policía Local de Ponferrada, el veterano Arturo Pereira, que dijo: "No tengo ni idea de por qué esta fabulación de Raquel". También dejó caer que él había oído rumores de que era Raquel, y no Muñoz, quien maltrataba al otro.

Durante la instrucción se le requirió documentación a Pereira, y posteriormente tuvo que declarar en sede judicial. Cuando Pereira declaró en el juzgado (27 de noviembre de 2020), ya había ¿hecho? y firmado el informe sobre lo ocurrido con la petición de auxilio de Raquel el 13 de marzo de 2018. Hay que pensar que ya lo habría leído. Pero oficialmente no lo presentó en el juzgado hasta unos días después, por lo que durante su comparecencia nadie pudo preguntarle por lo que salía de ojo. Llama la atención que, después, una vez ojeados los detalles que recoge el citado informe, nadie volviera a pedir que Pereira declara otra vez y explicara lo incomprensible -y las contradicciones respecto a su declaración- de ese informe.

La declaración de Raquel no fue "una fabulación", como consideró el jefe de la Policía Local de Ponferrada. Si bien es cierto que los informes de la Policía Local y Nacional entregados en los juzgados durante el desarrollo de esta causa judicial señalan que "no consta ninguna intervención en ese domicilio ni a esas personas", también lo es que durante la instrucción del procedimiento quedó acreditado que Raquel sí había pedido socorro al 112 en 2018, antes de casarse con Muñoz, aunque -por razones que nadie ha explicado todavía- los agentes municipales no acudieron a la vivienda de Raquel sino a la de la primera mujer de Muñoz, donde inexplicablemente Raquel nunca había vivido. Los agentes tampoco llamaron a ningún timbre aquella noche.

La llamada se cortó y Emergencias pasó el aviso a la Policía Nacional y a la Policía Local de Ponferrada. Fueron estos últimos los que se hicieron cargo y los que, a través del sistema informático Sispol para la gestión integral de la operativa policial, pudieron ver registrado el aviso del 112 a través de la aplicación que utilizan los municipales, Eurocop Cabinas. En el aviso 2018/018066 sólo aparecían tres datos junto al número de móvil de Raquel Díaz: su nombre, una dirección que no era la de Raquel Díaz (titular de la línea siempre) y una curiosa anotación: en la parte inferior de la ficha, en el apartado 'Notas' alguien escribió el nombre 'Pedro Muñoz'.

El aviso que había dado el 112 advertía de que una mujer gritaba y solicitaba auxilio desesperada, pero el aviso que llegó a los agentes que estaban de guardia aquella noche sólo señala "ruidos entre vecinos". ¿Por qué?

Las incógnitas sobre ese extraño episodio del 112 y las actuaciones de la instrucción llevaron al Ministerio Fiscal a deducir testimonio contra dos de los agentes municipales por falso testimonio, aunque no contra el máximo responsable de la Policía municipal de Ponferrada, Arturo Pereira. Ese procedimiento 'paralelo' se tramita aún ante el juzgado número seis de Ponferrada.

Cabe señalar aquí, porque resulta difícil de comprender, que la Fiscalía no haya considerado relevante la comparecencia en el juicio del jefe de la Policía y de los agentes municipales intervinientes en el episodio.

 

 

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