La procesión de Jesús Nazareno, que protagoniza la madrugada y la mañana del Viernes Santo en Zamora, se ha visto obligada a utilizar un 'plan B' para esquivar la lluvia, con un recorrido corto, sin descanso para tomar las sopas de ajo ni hacer la reverencia a la Virgen de la Soledad en la avenida de las Tres Cruces.

El desfile ha arrancado sobre las seis de la mañana, con una hora de retraso debido a la climatología, y ha optado por un trayecto que ha concluido dos horas y media después, como alternativa al clásico que suele finalizar pasadas las doce del mediodía.

El ritual de la procesión se ha iniciado pasadas las cinco de la mañana en la iglesia de San Juan con el tradicional "baile del cinco de copas", como se conoce el balanceo del paso de 'Jesús camino del Calvario' al ritmo de la música de la 'Marcha Fúnebre' de Thalberg, que se toca a partir de esta madrugada en la Semana Santa zamorana.

Sin embargo, ese paso y el de la Virgen de la Soledad, los dos que salen de ese templo románico de la Plaza Mayor de Zamora y no de la carpa de pasos habilitada provisionalmente por la ausencia de Museo de Semana Santa, han tenido que esperar más de una hora hasta comenzar la procesión debido a la lluvia.

La ventana horaria en la que las nubes han dado una tregua ha permitido cumplir con la tradición de desfilar sin poner el riesgo los pasos, con un itinerario corto que no ha llegado hasta el crucero de la avenida de las Tres Cruces.

De esta forma no ha habido reverencia del resto de pasos al de la Soledad en esa avenida ni el descanso de media hora para que los cofrades repusieran fuerzas tomando sopas de ajo como desayuno típico en Zamora del Viernes Santo.

Lo que no ha faltado sin embargo es el obsequio en forma de almendras garrapiñadas y caramelos que los cofrades han entregado a la gente que presencia la procesión, especialmente a los niños, que este año han tenido que madrugar más de lo habitual para poder verla.

El recorrido corto ha subido por la calle San Torcuato y ha girado en la plaza de Alemania por la avenida Alfonso IX para bajar por la calle Santa Clara y llegar a la Plaza Mayor a través de la plaza de Sagasta y la calle Renova.

El desfile ha continuado luego por la calle Ramos Carrión y la plaza de Viriato hasta la carpa de pasos habilitada en la plaza de Claudio Moyano, aunque el paso de la Virgen de la Soledad que cierra la procesión se ha quedado en el templo de San Juan.

La opción de un cambio de itinerario para acortarlo como mal menor frente a la lluvia también la han utilizado este año en la Semana Santa de Zamora la Hermandad del Cristo del Amparo, conocida como 'las Capas pardas', y la de Jesús Yacente, que pasada la media noche del Jueves al viernes Santo ha podido cumplir con el ritual de cantar el Miserere en la plaza de Viriato.

Otros cuatro desfiles, los del Vía Crucis, el Silencio, la Esperanza y la Vera Cruz, han tenido que suspenderse.