Un gol de penalti del Liverpool deja al Girona contra las cuerdas

El Liverpool se afianzó este martes en el liderato de la Liga de Campeones al sumar el pleno de victorias, seis de seis, gracias a un único gol de Mohamed Salah desde los once metros que deja contra las cuerdas al Girona (0-1), que está obligado a conseguir la gesta de vencer al Milan a domicilio y al Arsenal en casa para soñar con jugar las eliminatorias de la competición.

El equipo de Arne Slot, también líder indiscutible de la Premier League, reivindicó su condición de equipo más en forma del continente con un nuevo triunfo, aunque tuvo que sufrirlo porque el conjunto de Míchel Sánchez firmó una actuación sólida.

Solo le faltó el gol, su gran asignatura pendiente esta temporada, al equipo catalán, que lamentó la tercera derrota y el tercer partido sin ver portería en una semana, contra el Logroñés (0-0), el Real Madrid (0-3) y el Liverpool (0-1), y ya son once encuentros sin marcar, además de registrar cinco derrotas en seis jornadas en la Liga de Campeones.

El partido comenzó con un dominio absoluto del Liverpool, que no se plasmó en el electrónico por gracia de Paulo Gazzaniga. En el minuto 4, salvó a su equipo al desviar un cabezazo de Joe Gomez a saque de esquina y en el minuto 7 neutralizó de puños un disparo de Darwin Núñez.

El equipo inglés dominaba a placer y era dueño y señor del duelo ante un Girona que no se asomó al área hasta los 12 minutos. Pero cuando lo hizo perdió el miedo al rival y empezó a creerse sus opciones. Daley Blind, solo en la frontal del área pequeña, no supo rematar bien un centro de Miguel Gutiérrez, mientras que Alejandro Francés recogió el rechace y buscó el gol, pero se topó con una parada providencial de Alisson Becker.

Esa primera ocasión dio vida a los jugadores de Míchel, que ganaron metros y comenzaron a disputar la posesión y a frecuentar el área rival. Bryan Gil se plantó solo ante el guardameta, pero se resbaló en el peor momento y cuando recuperó la verticalidad ya tenía un gigante encima, Alisson.

El portero brasileño, de nuevo titular en la Champions tras tres ausencias por lesión, también evitó la alegría del Girona con una parada providencial a un chut de Miguel. El partido se jugaba de tú a tú y los dos grandes protagonistas eran los porteros: un argentino y un brasileño.

Gazzaniga se vistió de héroe otra vez para imponerse a Núñez en un uno contra uno después de un pase de Salah, y Alisson voló para enviar a córner un gran disparo desde la frontal de Yáser Asprilla, mediapunta en el 4-4-1-1 gerundense.

Míchel optó por primera vez por colocar a Arnaut Danjuma como delantero referencia, ante la falta de gol de Bojan Miovski, ahora baja por lesión, y Abel Ruiz, así como la edad de Cristhian Stuani.

El Girona, de menos a más, había firmado sus mejores minutos en la Liga de Campeones y regresó de los vestuarios con la misma ambición. A los 20 segundos Danjuma puso en pie a todo Montilivi con una gran jugada, pero su remate, muy centrado, se estrelló en el cuerpo de Alisson. Poco después el neerlandés dejó atrás a media defensa 'red' con una carrera sensacional hasta llegar al área, pero falló al chutar. El estadio aplaudía.

Pero el Liverpool seguía amenazando con su poderío ofensivo. Gazzaniga despejó a saque de esquina un tiro de Andrew Robertson, pero el córner no se llegó a sacar. El VAR avisó al colegiado de un posible penalti de Donny van de Beek sobre Luis Díaz y Benoit Bastien no dudó.

Salah engañó a Gazzaniga y celebró el 1-0 con un lanzamiento a su derecha. El Girona maldecía su mala suerte en su estreno en la Champions: cuatro autogoles, dos penaltis en contra y un penalti a favor fallado en seis partidos. No dejó de pelear, pero no logró acercarse al empate.

El equipo de Míchel fue un rival más que digno y Montilivi, estadio de Segunda División hace tres años, aplaudió a sus jugadores tras un partido para ilusionarse, pero, con solo tres puntos de 18 posibles, para continuar soñando en la Champions hará falta una gesta.