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Las primeras intenciones de Vox en el nuevo Gobierno: (todavía) más palabras que hechos

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Las primeras intenciones de Vox en el nuevo Gobierno: (todavía) más palabras que hechos
Teresa Sánchez
Teresa Sánchez
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Las comparecencias iniciales de los consejeros confirman las intenciones de Vox, que sí tienes planes en el sentido habitual, y el 'contagio' del pacto a algunas propuestas de consejerías del PP, pero todavía no permiten disntinguir cuáles de sus planteamientos más controvertidos se harán realidad y cómo.

Desde que el nuevo Gobierno de PP y Vox en Castilla y León ocupó los sillones, sus integrantes han pedido que se les diera la oportunidad de juzgarles por lo que hacen y no por lo que dicen, algo así como la aplicación de un beneficio de la duda ante las inquietudes que ha generado la entrada del partido de Santiago Abascal en su primer gobierno con responsabilidades. Para pasar de las simples palabras y conocer los hechos todavía tendremos que esperar, pero a partir de esta semana el ejecutivo de Mañueco ha dado un paso más tras pasar por las Cortes a explicar sus planes; este lunes rematará el trance el vicepresidente García-Gallardo y el martes Mañueco se enfrentará a su primera sesión de control, así que para entonces todos se habrán estrenado.

Hechas las presentaciones, hemos podido testar las intenciones de un gobierno que, ahora sí, tiene que empezar a enfrentarse a la gestión y dejar atrás la etapa de los eslóganes. La atención ha sido máxima para conocer las primeras declaraciones de intenciones de aquellos que van a ocupar las consejerías de Vox, para escucharles detallar los planes para desarrollar el argumentario del partido en forma de políticas reales, para conocer el 'contagio' del espíritu del pacto en las carteras del PP y para escrutar lo que el nuevo gobierno regional va a hacer con temas competencia de Vox como el Diálogo Social, los toros o el campo o sensibles como el aborto, la sanidad o la educación.

La realidad es que no ha habido grandes sorpresas. Los consejeros de Vox han cumplido con lo esperado y han empezado a hacer 'ruido' en las competencias que les han tocado, sin renunciar a manifestarse sobre otras cuestiones en las que quieren tener algo que decir aunque no sean de sus consejerías. También ha quedado claro que saben hacer planes: sus tres consejeros conocen la gestión y ya tienen propuestas (mejores o peores). En cuanto a los del PP, han estado más comedidos en aquellas carteras donde hay menos conflicto y más 'guerreros' donde sí hay posiciones que defender.

La ronda nos deja las primeras pinceladas sobre lo que Vox piensa hacer con el Diálogo Social: sabíamos que no le gustaba mucho el protagonismo de los agentes sociales, y ahora sabemos que respetará la concertación pero que no estará "ultrasubvencionado" ni sindicatos y patronal podrán participar en los cursos de formación como hasta ahora. También hemos confirmado la alergia de su consejero de Agricultura al "componente ambiental" de la PAC, a las agendas globalistas y los ecoregímenes mientras los agricultores pierden dinero. Y que el consejero de Cultura ve un "hipotético sufrimiento" en los toros y considera la actividad muy beneficiosa.

En el lado PP han tenido que capear la intervención de sus socios en cuestiones como el aborto, en el que Vox estará "en frente" del Gobierno central, lo que ha obligado al portavoz Fernández Carriedo a sacar su mejor sonrisa, y sus mejores artes anestésicas, para evitar una primera desautorización al ímpetu del vicepresidente. Y los 'populares' han sufrido una intrusión en toda regla con la ley de violencia intrafamiliar que justifican en base a un aumento de agresiones. Pero también se han defendido como vienen haciéndolo en cuestiones como el modelo educativo, en el que el PP no parece tener mucho que escuchar de Vox y Castilla y León buscará un encaje alejado de la nueva ley y cercana a su modelo de éxito.

La ronda de consejeros se parece mucho a otras que hemos visto antes, de hecho, los titulares de las consejerías siempre pasan este trance de anunciar planes, defender decisiones y apuntar líneas a la hora de desgranar sus voluntades iniciales ante las Cortes. Sólo que este año, como ha criticado la oposición, el modo mitin ha estado todavía muy presente por la inclusión de la dialéctica de Vox, propia de un partido que todavía disfruta de la posición perfecta, la de poder plantear ideas sin que pasen por el cruel filtro de lo posible. ¿Pueden hacerlo? Sin duda, porque sus consejeros otra cosa no, pero experiencia en la administración tienen y han cumplido con la 'norma' de lanzar sus primeros planes en sus comparecencias.

Veremos qué dice este lunes el vicepresidente, la voz más política de la facción Vox de este gobierno, pero con lo que hemos escuchado, todavía (y por ahora) no es posible empezar a juzgar sus propuestas más controvertidas como políticas reales, valorarlas como hechos y no como palabras. Es sólo el principio, pero todavía no.

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