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Financiación de calidad y mimo en la cocina: la historia de dos emprendedores en Vayco

Del recuerdo de la escalera de caracol a la realidad de un sueño empresarial de Pablo y Almudena en compañía de Iberaval

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Financiación de calidad y mimo en la cocina: la historia de dos emprendedores en Vayco
Almudena y Pablo son los emprendedores de Vayco. TRIBUNA
Tribuna
Lectura estimada: 4 min.

En el corazón de Valladolid, junto a la plaza de San Pablo, palpita una historia de tenacidad, sueños y la sinergia de una pareja de emprendedores que, con sus manos y su visión, han logrado sembrar el éxito en un negocio, el de la hostelería, que tiene que sortear demasiados obstáculos. Pablo Scarfone y Almudena Valencia han abierto hace unos meses la versión 2.0 de un negocio tradicional como fue Vayco, situado entre 1968 y 2011 en la calle Conde de Ribadeo. Pero esa no es su única hazaña.

Su logro fue dejar atrás empleos y reciclarse para ofrecer lo mejor de sí mismos. De ahí que se formaran en gestión y cocina y que hayan sus hamburguesas y tortillas entre las mejores de una plaza tan exigente como es Valladolid. Pero a la exquisitez de esos platos, que les han permitido ganar premios, se añade la calidad de sus tapas y de los vermuts que ofrecen en su local -ofrecen 130 variedades diferentes-.

Vayco, el actual negocio, catalogado como vermutería y tapería, en la calle Cadenas de San Gregorio, como en su día hiciera el original, está plagado de detalles de garra e ímpetu que han forjado el proyecto de vida que han elegido Pablo y Almudena.
Un tributo a los días de antaño

Vayco acoge a todo tipo de público: Grupos de amigos, jóvenes, familias? Pero no sólo. También se ha consolidado como un punto de encuentro donde los comensales acuden a degustar platos que evocan tiempos más jóvenes; constituye también la representación de la nostalgia, materializada en la emblemática escalera de caracol que mira al futuro, pero se hunde en los recuerdos de asiduos clientes, los cuales guardan con cariño el recuerdo del antiguo local. Este simbolismo es más que una mera decoración; es un tributo a los días de antaño, que protagonizaron los padres de Almudena, y un mensaje de continuidad, de que el pasado edifica el presente.

Pablo y su pareja son el espejo que arroja un claro reflejo de la realidad que enfrentan muchos emprendedores en nuestra sociedad. Frente a complicadas tramitaciones y un mar de requisitos demandantes, esta pareja de emprendedores encontraron en Iberaval un puerto seguro, una entidad que, según sus propias palabras, actuó de manera "impecable". Esta colaboración llegó en un momento decisivo, dirigiéndolos hacia la financiación necesaria para dar vida a su visión, en contraste con las exigencias a menudo inalcanzables impuestas por administraciones y otras entidades, tal como aseveran. "Iberaval fue muy ágil en la respuesta que nos dio, aportamos papeles, valoraron el proyecto y rápidamente obtuvimos la financiación".

DE LA TRABA AL ENTENDIMIENTO

Pero, la travesía hacia su sueño se topó con diferentes trabas burocráticas que muchos jóvenes emprendedores conocen de cerca. La pareja enfrentó una compleja red de obstáculos: desde la capitalización del paro, hasta una odisea de exigencias que en algún momento les llevó a plantearse continuar con su idea.

No obstante, su perseverante búsqueda los llevó al encuentro con el director de Iberaval en Valladolid, Miguel Cano, en quien encontraron no sólo un oyente sino un verdadero aliado. La gestión fue expedita, la empatía y la eficiencia hicieron que Vayco pasara de un proyecto a una realidad tangible, dotada de seis empleados especialmente activos en sus bulliciosos fines de semana.

La historia humana de Vayco va más allá. Este establecimiento amigable con las mascotas de sus clientes ha abierto sus puertas a la diversidad laboral, contratación de estudiantes y personas con distintos trabajos que desean complementar su tiempo, mostrando la flexibilidad que hoy día muchos buscan.

La política de inclusión laboral, explican Pablo y Almudena, quienes en ocasiones se han encontrado con la dificultad de encontrar profesionales, se basa en un único prerrequisito: la disposición al trabajo. Esa es la dura realidad del mercado laboral, donde encontrar compromiso a veces parece una odisea.

Pero su determinación no flaquea, porque su propósito ha sido desde que abrieron en noviembre hacer de su local -que tendrá hasta catorce puestos de terraza- el corazón de un espacio hostelero, el presente en su calle, cada vez más palpitante.
Concurso sinónimo de éxito

Los propietarios de Vayco, además, ya valoran presentarse al Concurso Nacional de Hamburguesas, y tal vez más adelante al de tortillas, dado que en aquellos certámenes de ámbito local a los que han acudido, han logrado éxitos. Ese fue el caso de su tercer puesto en el Valladolid Gourmet 2021-22, el segundo que cosecharon en la edición de este año, o el primer premio a la Mejor Tortilla de Valladolid, obtenido en 2023.

Con dicha proyección y el impacto que esa publicidad indirecta está reportando en el negocio, contemplan acudir a ese campeonato, de aún más solidez a un proyecto que ha renacido a apenas 300 metros del local histórico del Vayco, y que promete más éxitos a lo largo del tiempo.

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