El recién reelegido secretario general de UPACyL advierte del problema de la baja rentabilidad del sector e incide en la defensa de las explotaciones familiares
Aurelio González: "Esperamos que España y la UE se den cuenta del valor estratégico del campo"
El recién reelegido secretario general de UPACyL advierte del problema de la baja rentabilidad del sector e incide en la defensa de las explotaciones familiares
Después de diez años como máximo responsable de la Unión de Pequeños Agricultores en Castilla y León, Aurelio González inicia un nuevo cuatrienio, ratificado en ese puesto por el 92 por ciento de los votos durante el X Congreso de UPACyL.
Aurelio González del Río (San Miguel de la Ribera, Zamora, 1965) es agricultor desde los 17 años. Cuenta con una explotación de 65 hectáreas de secano, principalmente, girasol y colza, y otras siete de regadío. Además, lleva 25 años abogando por los derechos de los profesionales de la agricultura y la ganadería, diez de ellos, como máximo responsable de la Unión de Pequeños Agricultores de Castilla y León, y aún tiene tiempo libre para hacer asombrosas esculturas con materiales reciclados
P. ¿La agricultura y el sindicalismo todavía le deja tiempo para el arte?
R. Bueno, cuando llueve y no puedo hacer nada, algún fin de semana porque, de lunes a viernes, trabajo para los agricultores y los ganaderos en la oficina de Valladolid, en Zamora, reuniones… Los sábados y domingos tengo que dedicarme a mi explotación agraria.
P. ¿No le pregunta su familia que qué pasa con el relevo?
R. Eso no hace falta que me lo diga mi familia. Ya lo digo yo en la organización, que tienen que poner a gente más joven pero es difícil. La gente joven que entra en el sector agrario tiene explotaciones muy grandes, que es lo que se necesita hoy para poder vivir de ello, y entiendo que hay dificultades para dedicarse a otras cosas. La gran sufridora de esto es mi mujer. Nosotros no sabemos lo que es coger un fin de semana e irnos por ahí. Me dediqué al sindicalismo a partir de 1990. Estábamos mi padre y yo en la explotación y me pidieron que echara una mano y mi padre me dijo que, para ayudar al campo, lo que sea.
P. Lo cierto es que agricultores y ganaderos siempre han tenido capacidad de reacción y de aguante y siguen dándonos de comer.
R. Sí. Estamos acostumbrados a mirar al cielo y esperar, a ver cuándo podamos hacer las labores. La meteorología siempre nos afecta y más todavía con el cambio climático. Los agricultores y los ganaderos tenemos en los genes lo de mirar al cielo y aguantar. Te viene un año de sequía, un pedrisco y lo pasas mal. El año siguiente vuelves. El siguiente problema es que nos ponen los precios de lo que compramos y también de lo que vamos a vender. Y ahora tenemos un tercer problema: las decisiones políticas. Ante eso, estamos trabajando todo lo que podemos desde las organizaciones agrarias, en general, sin distinciones, para cambiar normativas todos los días, estudiando boletines que publican. A mí me entra mucho cabreo cuando veo que por más que nos matamos y explicamos las cosas, hay unos políticos decididos a hacer lo que les dé la gana y no nos hacen caso.
A Trump no se le puede decir nada. Lo había que hacer es encerrarlo directamente por agitador.
P. ¿Como Donald Trump?
R. El señor Trump es el peor de todos porque, encima, no le importa arrastrarnos a conflictos mundiales para aumentar sus beneficios de negocios. Y el tema de los aranceles de Estados Unidos nos puede traer un quebradero de cabeza muy grande. A Trump no se le puede decir nada. Lo había que hacer es encerrarlo directamente por agitador.
P. ¿Qué puede pasar con los cereales?
R. Es difícil saberlo. Lo que sabemos, por los datos, es que nosotros no vendemos tanto a Estados Unidos pero sí compramos, sobre todo, maíz. El mercado asiático es muy bueno. Llevamos unos años en los que el porcino funciona muy bien. El miedo que nos da a nosotros es que los aranceles provoquen que los demás países hagan lo que hizo Rusia cuando se pusieron las sanciones: desarrolló su potencial agrícola, que no lo tenía. Nosotros vendíamos porcino a Rusia y ya no lo hacemos. Los chinos lo están haciendo. Muchas veces, tienen que ir a un mercado pero se están desarrollando a la vez y, cuando lo tengan desarrollado, no sabemos qué va a pasar. El mercado internacional es muy complicado.
Europa tiene que dar el paso de afianzarnos a las explotaciones familiares agrarias porque somos los que mantenemos de verdad el mundo rural abierto
P. ¿Las administraciones tendrán en cuenta de verdad a la agricultura y la ganadería familiar?
R. Ahora Europa tiene que dar el paso de afianzarnos a las explotaciones familiares agrarias porque, además de que somos la mayoría de los agricultores de Castilla León y de España, somos los que mantenemos de verdad el mundo rural abierto. Hace 20 años, con una granja de mil cebones, vivía la familia. Hoy, esa familia necesita, en vez de mil, tres mil porque, solo para pagar la instalación en el año necesitas 1.500. Y los otros 1.500, para poder vivir. Es así y no queda otra. Desde la Unión de Pequeños Agricultores defendemos la explotación familiar agraria. Defendemos eso frente a lo que está pasando, de que vengan fondos de inversión buscando tierras muy grandes y regadíos. Si viene un fondo de inversión, que ya lo estamos viendo en Zamora y en otros sitios, invierte pero, si no le va bien, se marcha. Nosotros seguimos aquí, trabajando.
P. ¿Hasta cuándo pueden resistir bajo las actuales condiciones las explotaciones de cereal?
R. No lo sé. En 2022 y 2023 hubo una sequía bestial, con una merma de más de 2.000 kilos por hectárea. El coste para sacar una hectárea de cereales es de 700 euros ahora. Si tú coges dos toneladas de cereal y te pagan 250 euros por tonelada, solo sacas 500. Ya estás perdiendo más de 200.
P. Encima, con precios de hace décadas
R. Sí, es decir, peores. Tuvimos un año, cuando empezó la guerra de Ucrania, que estuvieron bien los precios pero hubo mala cosecha por la sequía. El 23, otra vez, sequía. Y, en 2024, en la zona sur de Zamora. Sequía y, además, precios irrisorios. El sector agrícola y ganadero siempre tienen problemas. Cuando no es el porcino, es el vacuno y, si no, los cereales. Siempre hay algún problema. En el caso de Zamora, en la zona sur, llevamos tres años seguidos de sequía y mala cosecha y, encima, con precios bajos. Hace muchos años los precios estaban igual pero los costes eran muchísimo más bajos. Ahora estamos muchísimo peor porque tenemos el mismo precio que hace diez años, mientras que los costes se han triplicado. En 2022, la excusa era que no había cereales y había que bajar los precios. Después, que llegaba a los puertos cereal de Ucrania y de otros sitios más barato que lo que estaba aquí y bajaron los precios. Ahora ocurre lo contrario. El cereal estaba la semana pasada en Barcelona a 260 euros y, aquí, en lonja, a 230. Es especulación pura y dura.
P. El mismo litro de aceite de girasol que costaba 1,09 euros triplicó su precio unas semanas después de la invasión a Ucrania.
R. Claro. Es, simplemente la voracidad de ganar más dinero sin importar lo que pueda ocurrir con un sector productivo y sin importar los consumidores. Hay que señalar ya a quienes hacen malas prácticas. Nosotros llevamos unos meses haciendo movilizaciones, ante la manipulación de los mercados. Hemos ido a la harinera de Vilafranquina, en Arévalo (Ávila), hemos ido a Babilafuente, a los señores que traen los cereales para hacer bioetanol. Ahí es donde tenemos que ir: a los operadores de mercado que están haciendo esto. Por eso estamos haciendo esas movilizaciones en el sector cerealista. Llevamos cuatro, en unidad de acción, la Alianza UPA-COAG y Asaja, en los últimos meses.
La Ley de la Cadena Alimentaria está funcionando en los sectores que han querido implicarse y que quieren que funcione.
P. ¿Funciona de verdad la Ley de la Cadena Alimentaria?
R. Sí. Está funcionando en los sectores que han querido implicarse y que quieren que funcione. En la leche, las frutas y otros productos, funciona. Se hacen contratos bien y se marcan unos precios decentes. Donde es muy difícil implementarla es en los cereales. Muchos operadores dicen que es muy difícil por el precio internacional pero la realidad es la realidad. Hay una ley que dice que no se puede vender por debajo de lo que te cuesta producir. Y nosotros estamos reclamando a la Consejería de Agricultura, en Castilla y León, que hagan y actualicen el Observatorio de Costes, a la vez que el Observatorio de Precios como referencia y que no se pueda vender por debajo.
P. Con los precios de venta encasquillados, el aumento de los costes de producción y la incertidumbre, ¿qué relevo generacional puede haber?
R. Pues ya lo vemos. Nuestro sector necesita estabilidad para que la gente joven se quiera quedar y no la hay. Hemos visto cómo explotaciones de vacuno de leche se han cerrado hace unos años con unos precios de ruina y decíamos ‘qué valientes los que aguantan’. Y hemos visto cómo el año pasado han tenido un precio bueno. En las patatas, se ha pasado de dejarlas en las tierras a venderlas bien en 2024 aunque, al final de la campaña, ya habían bajado bastante.
Siempre hemos pedido simplificación en los papeles, en la PAC y, cuando un político dice que va a simplificar algo, lo complica más
P. En definitiva, ¿cuál es el principal problema que afronta el sector agropecuario?
R. La baja rentabilidad de las explotaciones y esto solo se combate o aumentando los precios que cobramos o disminuyendo los gastos o los precios de nuestros insumos. No hay otra historia. También nos quejamos mucho por la burocracia y los papeles. Al final, los agricultores tenemos que perder todas las semanas un día de nuestro trabajo para ir a la ciudad y que una organización o una asesoría nos hagan los papeles. Siempre hemos pedido simplificación en los papeles, en la PAC y, cuando un político dice que va a simplificar algo, lo complica más.
P. ¿Serán capaces los sindicatos de conseguir que la ciudadanía entienda lo que significa la PAC?
R. La verdad es que es difícil explicar que, al final, las ayudas de la PAC a quien llegan, finalmente, es al consumidor. Las ayudas de la PAC se pusieron para compensarnos unos precios bajos de los productos y que, en casa de cualquier trabajador, de cualquier persona, pudiera entrar carne, leche, huevos y fruta. Para que nuestros precios estuvieran más bajos y toda la población europea pudiera comer productos de calidad. En los años 70, el 40 por ciento de los ingresos de una familia se dedicaba a la alimentación. Y ahora llevábamos unos años, pero bastantes, que solo se dedicaba un 14 por ciento. Ese 30 por ciento de margen es lo que hemos contribuido los agricultores y ganaderos al bienestar social de todo mundo y que todo mundo tenga posibilidades de salir de vacaciones, de tener vida social. Eso se ahorrado de la comida y lo ha facilitado la PAC. ¿Qué ha ido pasando? Que la compensación de los precios se han ido reduciendo, se nos han disparado los costes y ahora estamos en una espiral, una situación crítica.
P. ¿La producción ecológica terminará imponiéndose a la tradicional?
R. Lo ecológico es muy atractivo para un mercado cercano a las ciudades y tiene futuro , en los grandes cultivos y extensiones, no se coge nada y tienes que ir al cultivo tradicional, en el que somos sostenibles porque los tratamientos que se hacen, cuando se habla de herbicidas y fungicidas, son autorizados por los científicos. Todo está muy controlado y no hay ningún problema. Ahora mismo, podemos decir que la sociedad nunca ha tenido unos alimentos tan sanos como los que se producen ahora.
P. ¿Prosperará, de una vez, el etiquetado con detalle para proteger la calidad de nuestros productos?
R. Eso esperamos. Por ejemplo, en la miel pasaba algo vergonzoso, ya que, con un uno por ciento de miel española, ya podías decir que era un producto de España. Eso se ha ido corrigiendo y se han dado algunos pasos importantes. Es necesario concienciar a la gente de que la calidad es la calidad. Si el consumidor quiere algo barato y la miel viene mezclada, que sepa lo que compra. El problema es que productos de peor calidad los quieren vender como si fueran buenos.
Somos la moneda de cambio para otras cosas. Para vender coches alemanes y productos químicos y farmacéuticos a los países de Mercosur, se va a traer aquí más carne y más cereales.
P. ¿Cree que el Gobierno de España y la Unión Europea tratan la agricultura y la ganadería como un sector estratégico.
R. Con todo lo que está pasando en el mundo, esperamos que se dé cuenta del valor estratégico que tiene el que trabajo que hacemos en el campo. Encima, somos la moneda de cambio para otras cosas. Estamos viendo lo que se está negociando con el tema de Mercosur. Para vender coches alemanes y productos químicos y farmacéuticos a los países de Mercosur, se va a traer aquí más carne y más cereales. En esos países no se va a favorecer a agricultores y ganaderos, sino a las multinacionales que llevan esos grandes cultivos.
P. ¿Qué le parecen las novedades que se auguran en la gestión del lobo?
R. Vamos a ver en qué queda todo. Creo que las organizaciones agrarias y las consejerías de Medio Ambiente de Castilla y León, Cantabria, Galicia, Asturias y el País Vasco hemos hecho un buen trabajo y se está consiguiendo dar la vuelta a lo que se pensaba en Europa y ya hay un dictamen para quitar la protección estricta del lobo. Eso significa que podrá hacerse una gestión en cuanto a poblaciones de lobo, aunque queda supeditado a lo que haga cada estado miembro de la Unión Europea. Es que, en Castilla y León, ha ido habiendo cada vez más problemas. Y, con el resto de la fauna salvaje nos pasa lo mismo. En Zamora lo estamos viendo. Hay que hacer controles poblacionales de lobo, de cierva, sobre todo, y de jabalí.
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