17/12/2024
De un tiempo a esta parte, todo en la política española resulta muy confuso. No hay más que ver lo de Yolanda, esa mujer llamada a ser, según los analistas más clarividentes, la próxima presidenta y la gran esperanza rubia de los pobres y los oprimidos, aunque ahora dice que "nadie apostaba por mí". En una entrevista en El País, viene a confirmar que ya no es la lideresa de Sumar: "He dimitido. Yo me he ocupado, desde que me designaron ministra de Trabajo, de lo que me gusta, que es la vida de la gente. Después, he sido, en un muy corto espacio de tiempo, la dirigente de un espacio político y ahora vuelvo a ser la que se ocupa de la vida de la gente".
De lo que cabría deducir, además de que Sumar es ahora todo un gallinero sin cabeza, que dirigir esta formación viene a ser de alguna manera completamente incompatible con ocuparse de la vida de la gente, algo que yo ya sospechaba. Pero lo más asombroso es que algunos de los más insignes prebostes de esta formación todavía no saben que Yolanda ha renunciado a pastorearles. Sin ir más lejos, Mónica García, ministra, médico y madre, aseguraba al día siguiente en una entrevista en la radio que la líder de Sumar es Yolanda Díaz.
Mónica sí que no ha renunciado a ocuparse de la vida de la gente, de la que cobra su sueldo, a veces por partida doble aunque eso sí, sin darse cuenta. Dedicación exclusiva y baja laboral al tiempo, pero, en cuanto el Parlamento regional de Madrid detectó la irregularidad, admitió el error y aceptó devolver esos 13.000 euros que durante seis meses le habían ingresado en su cuenta bancaria sin que ella lo detectara. Son cosas del pasado, pelillos a la mar, como esa ayudante del barco del CSIC.
Ahora se ocupa de la vida de la gente y está dispuesta a todo para mejorar nuestra salud. En la citada entrevista admitía que no sabe si hay que legalizar el consumo de la marihuana, "es un debate abierto", pero está convencida de que hay que restringir aún más el consumo de tabaco y de paso equiparar el etiquetado del vino con el de las cajetillas de cigarrillos. Supongo que incluyendo fotos de hígados cirróticos y páncreas necrosados entre la denominación de origen y la añada.
Y es que como dice Yolanda en El País, "gobernar no es resistir. Gobernar es transformar". "¿Aunque no se aprueben los presupuestos generales del Estado?", le pregunta Pepa Bueno. "Sin lugar a duda", responde Yolanda. Porque como todos, todas y todes sabemos, este Gobierno emana de la soberanía popular, representada por el Parlamento. Y si el Parlamento no aprueba los presupuestos, que es el programa de gobierno para todo el año es porque, como dice el jefe supremo, es "un poder legislativo demasiado restrictivo y poco constructivo".
Además, el Congreso ya no es un sitio acogedor y agradable al que acudir. Nos lo ha contado Rufián. Hay un fantasma en la Carrera de San Jerónimo, y sobrevuela los escaños, entre el zócalo de mármol de la Galería del Orden del Día y los encaustos de Carlos Luis Ribera en la bóveda del Salón de Sesiones. Es el fantasma del bloque de la derecha, en el que ahora están los diputados de Junts, con lo progresistas que eran cuando votaron sí a la investidura de nuestro paladín contra el fango, los bulos y la mentira.
La mentira, por supuesto, no debe confundirse con los cambios de opinión ni con la adaptación de los principios "a las necesidades de cada momento", característica principal del progresismo, como explicó el propio Sánchez. En esto el puto amo es maestro y esta semana hemos comprobado que ya cuenta incluso con una discípula aventajada. No sé si recuerdan el afán de Teresa Ribera por proteger nuestras vidas, ella también se ocupa de eso, de los peligros de la energía nuclear.
Pues resulta que, para conseguir el cargo de vicepresidenta de Transición Verde de la Comisión Europea, Ribera afirma ahora que no se opondrá a que se construyan nuevas centrales en el continente. Y así queda superado el posible veto de Francia a su candidatura. En el fondo, a eso se reducen "las necesidades de cada momento" de Sánchez y sus progresistas, a conseguir el poder y a mantenerlo a cualquier precio.
Aunque sea el de gobernar en Europa con la derecha y la ultraderecha y compartir mesa en la Comisión con los elegidos por Meloni o Viktor Orbán, esos que nos decía en campaña que "no pasarán" y resulta que, otra vez, sí que han pasado. Gobernará Ribera en la UE con los Populares, los Hermanos de Italia y hasta con los Patriotas por Europa, grupo del que forma parte Vox y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen. No hay cordón sanitario que aguante un quedarse en la calle pudiendo gozar de sueldo estratosférico, coche oficial y gastos sin justificar.
Tenemos que agradecer que este desapego a sus principios permita a Ribera seguir ocupándose de nuestras vidas desde Bruselas. Pero sobre todo tenemos que estar agradecidos a nuestro presidente por su coraje. Es impresionante que un simple jefe de Gobierno, sin otro poder que el de los decretos, el BOE y el control de todos los organismos públicos, el Constitucional, la Fiscalía, El BOE, el CIS, los fondos europeos y los medios de comunicación verdaderos, se haya impuesto esta tarea tan titánica.
Una misión arriesgada, porque los enemigos son más poderosos y acaudalados que los Lánister. Y además son de derechas y por lo tanto malignos. Disponen de una potente artillería mediática y cabalgan dragones que escupen fango. Pero Sánchez ha decidido ocuparse también de nuestras vidas y combatir con sus menguadas fuerzas a todos los pseudomedios y páginas web opacas alineados con el mal.
En vez de salvarse a sí mismo, a su señora, que "es una pichona, pero no una persona corrupta", y a su talentoso hermano el compositor, ha decidido salvarnos a todos. Ya tiene un plan y nos lo ha presentado. Para ponerlo en marcha necesitará eso sí el apoyo de Puigdemont. Quizá debería empezar a cantarle ese bolero con título de presidente del Gobierno de España: "Se te olvida / Que me quieres a pesar de lo que dices / Pues llevamos en el alma cicatrices / Imposibles de borrar". "Y hoy resulta / Que no soy de la estatura de tu vida / Y al dejarme casi casi se te olvida / Que hay un pacto entre los dos".