En la capital zamorana repartieron la suerte la administración situada en la calle Renova, el bar El Chispa y el estanco de la calle Polvorín
La casa de las abejas de Valorio es más que un ejemplo de lo que puede dar de sí la unión entre el arte y la naturaleza. Este refugio para abejas solitarias contemplado dentro del programa "Zamora 2022: Año de los Polinizadores", del Ayuntamiento de Zamora, es un granito de arena como medida frente a la progresiva desaparición de estos insectos.
"A nivel de especies se han perdido tres o cuatro pero si tenemos en cuenta el número de ejemplares hay expertos que hablan de un 35% en la cantidad de abejas perdidas mientras que otros apuntan a un 70%", explica el entomólogo Oscar Aguado, asesor de la Comunidad de Madrid, maestro y experto en educación ambiental.
La existencia de las abejas es "imprescindible", entre otras cosas porque "entre el 70 y el 80 por ciento de la producción mundial de alimentos de origen vegetal se da gracias a las polinizadoras, sobre todo las abejas y las moscas florícolas".
El Centro de Interpretación del Bosque de Valorio es el escenario principal de las actividades organizadas en torno al Año de los Polinizadores. Este fin de semana la atención se ha centrado en la conferencia sobre "La importancia del suelo para las plantas y polinizadores", a cargo del doctor en Ciencias Químicas, Juan Carlos Rad Moradillo. Mientras que en la anterior jornada las protagonistas fueron la miel, con una cata dirigida por el apicultor y creador del Ecomuseo "El País del Abeyeiro", Alberto Uría, y la propia casa de las abejas.
El hogar de las abejas solitarias de Zamora es una escultura de madera realizada por Lucía Loren a partir de un tronco de "un pino que se cayó durante una borrasca" y que la artista plástica ha tallado con forma de larva y horadado de forma que tiene unos agujeros para refugio de los insectos.
Ubicada cerca del estanque de Félix Rodríguez de la Fuente, la casa escultura se enmarca también en el proyecto de Finlandia Lanar en torno al vínculo entre el arte y la naturaleza, una iniciativa que ha fructificado en la instalación de varias obras de alumnos de la Escuela de Artes en el bosque de Valorio.
En Valorio hay 230 especies de insectos polinizadores, entre mariposas, moscas y abejas. De esas, 150 son abejas, entre las que están las más de 80 especies que necesitan madera para construir sus nidos. Con la casa escultura de Valorio lo tienen ahora más fácil. En sus 80 agujeros, a siete individuos por agujero, habrá hogar para 560 insectos.
Explica Aguado que en la península ibérica hay 1.200 especies de abejas. Sólo 40 son sociales, y sólo una es la especie de la miel. El resto son solitarias, mueren tras aparearse y no suelen picar. Entre las solitarias no hay obreras. Tras aparearse, las hembras "hacen todo el trabajo", construyen el nido y ponen los huevos, y sin compañeras que les ayuden. De ahí el nombre. Solitarias.
Solitarias y superimportantes. Son "responsables de los paisajes que tenemos". Tienen la "función de sujetar el terreno, producir alimento y suavizar las temperaturas". Tan importantes que, de continuar la desaparición de ejemplares, entre otras cosas por los fitosanitarios, se produciría una merma en la producción de alimentos y "dependeríamos así de las multinacionales", explica el entomólogo.
"Cuanta más variedades de especies conservemos, mejor será para nosotros". De ahí la importancia de los pequeños granitos de arena, como las charlas de concienciación, o la casa refugio para las abejas solitarias.
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