Zamora celebra las mascaradas con personajes estrafalarios y diabólicos en varios pueblos de la provincia

Varios pueblos de la provincia celebran en la jornada de hoy las ancestrales mascaradas, con los tradicionales personajes estrafalarios y diabólicos que han vuelto a salir a la calle en una jornada de niebla y bajas temperaturas. Zamora revive así unas celebraciones ligadas al paso a la edad adulta, la entrada en el solsticio de invierno y las luchas entre el bien y el mal.

La celebración es diferente en cada localidad, con ritos y personajes de máscaras distintos, con protagonismo para el Zangarrón en Sanzoles y el Tafarrón en Pozuelo de Tábara, este jueves por la mañana; el Pajarico y el Caballico en Villarino tras la Sierra y los Visparros en Vigo de Sanabria por la tarde; o para la Filandorra en Ferreras de Arriba, durante todo el día, según recoge EFE.

Los personajes disfrazados que salen a las calles y piden el aguinaldo son varios, excepto en Sanzoles, donde hay un único protagonista que ha encarnado al Zangarrón, tradicionalmente elegido entre los quintos del pueblo.

El Zangarrón ha iniciado el ritual antes de las siete de la mañana, cuando comenzó a ponerse la vestimenta típica, formada por un calzón largo cosido a una chaqueta de cuadros marrones y blancos, una media blanca y otra roja, un mandil y un zurrón rojo con rayas amarillas y azules. Lo más característico de su disfraz es la máscara negra, con nariz roja, bigote hecho con cerdas de burro y las cintas de colores a modo de pelo.

Después, el Zangarrón recorrería las calles de este pueblo de la comarca de Tierra del Vino, desde las ocho y media de la mañana, pidiendo el aguinaldo. Igual que han salido a las calles para pedir el aguinaldo los denominados danzantes, un grupo de jóvenes con los que el Zangarrón se ha juntado al mediodía, antes del inicio de la misa.

Tras la celebración religiosa, sacan a San Esteban en procesión y los danzantes representan el denominado baile del Niño. Luego el Zangarrón haría explotar tres vejigas de cerdo infladas en el momento culmen de la mascarada.

En Pozuelo de Tábara, el Tafarrón viste un peculiar traje hecho con juncos secos y una máscara negra con cuernos de cabra y orejas de liebre. Ha estado acompañado por los otros tres protagonistas de esta mascarada de la Sierra de la Culebra: La Madama, el Alcalde Mayor y el Alcalde Menor.

También en el entorno de la Sierra de la Culebra, en Ferreras de Arriba, el protagonismo ha sido para la Filandorra, que ha tiznado a los asistentes con un corcho negro. Ha estado acompañada del Diablo, el Galán y la Madama, conformando la pareja de los feos, que encarnan el mal los dos primeros; y la de los guapos, el Galán y la Madama.

Mientras que en un pequeño pueblo fronterizo con Portugal, Villarino Tras la Sierra, son el Pajarico y el Caballico los protagonistas. Y en Vigo de Sanabria, la particular Obisparra es escenificada por una treintena de personas.

Con estas cinco mascaradas tradicionales escenificadas el día de la festividad de San Esteban se abre un ciclo de celebraciones que tiene otra gran cita en la provincia de Zamora el 1 de enero. En el primer día del año se celebra otro Zangarrón en Montamarta, los Carochos en Riofrío de Aliste, los Cencerrones de Abejera, los Diablos en Sarracín de Aliste o Los Carucheros en Sesnández de Tábara, según EFE.